Río de Janeiro. - Salvo si se produce un improbable giro de último momento, el líder izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva será elegido hoy presidente de Brasil, en los históricos comicios que llevarán a las urnas a más de 115 millones de votantes y un giro hacia la izquierda . Además de decidir quién será el sucesor del presidente Fernando Henrique Cardoso, los brasileños definirán también a los nuevos gobernadores de 13 de los 26 Estados y del distrito federal de Brasilia, donde la elección provincial no quedó determinada el 6 de octubre, en la primera ronda.
Según las últimas encuestas, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 57 años, emergerá de las urnas de hoy con cerca de dos tercios de los sufragios válidos (entre 55 y 60 millones de votos válidos), mientras que su rival en la segunda vuelta, el socialdemócrata José Serra, recibirá entre un 34 y un 36% de los votos (25 millones de votos).
El temor a la victoria de Lula, que en los últimos meses sacudió el mercado financiero brasileño, parece haberse disipado en vísperas de los comicios decisivos, después de que el candidato pasara toda la semana enfatizando su giro hacia el centro y reiterando su compromiso con el respeto a los contratos y con la austeridad fiscal.
En la jornada de negocios del viernes, la última antes de las elecciones, la Bolsa de Valores de San Pablo cerró con un alza del 2,20% y con el índice Bovespa por encima de los 10.000 puntos por primera vez desde el 13 de septiembre. El optimismo también se reflejó en el mercado de divisas, en el que la cotización del dólar, que en la semana pasada llegó a superar los cuatro reales, cayó por segundo día consecutivo y cerró a 3,7275 (vendedor), un 2,20% por debajo del jueves, mientras que la tasa de riesgo-país cayó a 1.779 puntos.
Mercados tranquilos
Según el economista del banco Lloyds en Brasil, Odair Abate, los inversionistas parecen haberse tranquilizado a raíz de la "seriedad" manifestada por Lula y sus voceros políticos, lo que ha atenuado el "exceso de pesimismo" que sacudió el mercado en los últimos meses. "Creo que después de que se anuncien los nombres de los miembros del equipo económico del futuro gobierno, habrá un choque de credibilidad que restablezca la normalidad al mercado financiero", expresó Abate.
A su vez, el empresario Lawrence Pih, quien apoya la candidatura de Lula, aseguró que la fuga de divisas de los últimos meses ya empezó a revertirse, y que se inició un movimiento de ingreso de dólares en Brasil. "La reactivación ya empezó, aunque en forma tímida. Los dólares pasarán a entrar más intensamente a partir de la próxima semana. Muchos bancos empezarán a comprar los activos brasileños, que están muy baratos ahora", aseguró Pih, en una evaluación que ha sido confirmada por analistas independientes.
El aparente fin de la ola de pesimismo que sacudió los mercados se debe también a los indicios claros de que el proceso de transición política será uno de los más pacíficos y democráticos de la historia de Brasil. El presidente Cardoso anunció que, apenas se conozca el resultado de las urnas -posiblemente esta misma noche o en la madrugada de lunes- llamará por teléfono a su sucesor, para felicitarlo por la victoria.
Equipo de transición
El martes, Cardoso pretende reunirse en Brasilia con el presidente electo, para poner en marcha el proceso de cambio de gobierno, que dejó preparado esta semana al dictar la creación de 50 nuevos cargos para los representantes del equipo de transición del futuro mandatario, cuyos salarios serán pagados por el Tesoro.
El propio Lula da Silva elogió el proceso de cambio de gobierno definido por el actual gobernante: "El anuncio del presidente Cardoso de que la transición será pacífica ha sido un factor muy importante para hacer bajar la cotización del dólar", afirmó el líder del PT.
La campaña hacia la segunda vuelta electoral se cerró el viernes con la realización del único debate entre Lula y Serra, organizado por la poderosa red televisiva Globo. En lugar de un "duelo a muerte", el único debate previo a la segunda ronda fue marcado por un tono frecuentemente cordial entre los dos adversarios, que respondieron a preguntas formuladas por integrantes de un grupo de 50 electores aún indecisos.
Esperando el milagro
En el momento más sorprendente del programa, Serra, quien apostó en el debate sus últimas fichas para intentar el "milagro" de revertir la ventaja lograda por el candidato del PT, salió en defensa de su rival, al manifestarse convencido de que Lula no dictará una confiscación de los ahorros de los brasileños. Pero el debate también registró algunos ataques mutuos e ironías. Serra acusó a Lula de ser "arrogante", por definirse como "el único candidato capaz de poner en marcha un pacto social en Brasil".
En otro momento, Lula reaccionó con ironía a una declaración de su rival, quien afirmó que puede ser victorioso si cada uno de sus electores le consigue "un voto más". "Yo no puedo pedirles lo mismo a mis electores, porque si cada uno de ellos me consigue un voto más yo terminaría con más del 100 por ciento", dijo, revelando su absoluta confianza en la abrumadora victoria prevista por las encuestas. (DPA)