En la búsqueda del misterioso francotirador de Washington, la policía detuvo ayer en Richmond, estado norteamericano de Virginia, a dos trabajadores indocumentados. Uno es un ciudadano mexicano de 24 años y el otro es un guatemalteco, pero ninguna de los dos parece ser o conocer al autor de los disparos con rifle contra 12 personas, de las cuales nueve murieron instantáneamente y otras tres luchan por sobrevivir en diversos hospitales. En tanto, el jefe de la investigación, Charles Moose, indicó que se recibió un nuevo mensaje del atacante, pidiendo dinero, y que se está preparando la respuesta.
Tras el último ataque, la policía instó al francotirador a llamar a un número de teléfono que él mismo mencionó en un mensaje anterior. La pista que siguió la policía y que llevó a la detención de dos personas ayer surgió el sábado de noche, cuando un hombre de 37 años resultó herido por un disparo en las afueras de Richmond, en un parque de estacionamiento, saliendo de un restaurante. En tanto, la policía sostuvo que la pericia balística confirmó que este caso está relacionado con el del francotirador.
Tras ser sometido a dos operaciones en un hospital de la capital estatal Richmond, su estado era relativamente estable, según informaron los médicos. "Pasó una buena noche", dijo un cirujano.
La línea de teléfonos abierta con el fin exclusivo de recibir datos que puedan ayudar en la investigación recibió un llamado de una persona que hablaba un inglés acentuado y que recomendó a la policía revisar mejor la zona arbolada cercana al estacionamiento del atentado en búsqueda de una nota del asesino.
La policía encontró entonces una extensa nota, escrita a mano, que según fuentes de la investigación, contenía una extorsión: el autor solicitaba dinero a la policía a cambio de parar los asesinatos.
Los investigadores rastrearon la llamada y ubicaron el teléfono desde el cual se recomendó buscar la nota. En esa zona se desplegó un amplio operativo policial que detuvo al mexicano y a otra persona ayer a la mañana.
Despliegue policial
Según testigos oculares, unos treinta vehículos policiales rodearon una estación de servicio ubicada unos 25 kilómetros al sur del lugar en que se produjo el último ataque. Allí se encontraba la cabina telefónica abierta.
El detenido conducía una furgoneta blanca modelo Plymouth Voyager con una matrícula provisoria. Según un portavoz de la policía, el hombre no se bajó el coche, sino que tomó el auricular por la ventanilla. Desde un principio se supuso que los dos arrestados no tendrían nada que ver con el francotirador, sino personas que pretendieron hacerse pasar por el autor de los atentados, tal vez con el fin de conseguir dinero de la policía. Pero también esta versión perdió fuerza a medida que avanzó la tarde.
En base a un identikit que la emisora televisiva francesa M6 mostró hace dos semanas, ex compañeros creen haber reconocido en el presunto francotirador a un desertor del Ejército francés de 25 años. Pero no hay pistas sobre él ni certezas. (DPA)