El color de la voz de Gerónimo Bonavera es el mismo que expresaba a los pocos días de la muerte de Damián. Tiene convicción y no trasluce rencor. Está conforme con la condena al hombre que atropelló a su hijo. "Un fallo así es bueno por su efecto pedagógico. Porque, frente a un accidente, no equipara la conducta de una persona que le presta ayuda a la víctima a la del tipo que sólo repara en si mismo, que escapa, tapa las pruebas que lo comprometen y obstaculiza a la Justicia", sostuvo.
Al cabo de seis años y medio de esperar un fallo judicial definitivo, Gerónimo rescata el valor ejemplar de la resolución por la muerte de Damián. "Hasta ahora era más fácil causar una desgracia e irse. Ahora queda claro que si un conductor mata a alguien con su auto y escapa va preso. Si alguien falta a sus deberes de asistencia a una víctima debe ser diferenciado de quien mata o hiere y se somete a la ley".
Bonavera repasó ayer las muchas piezas que ayudaron, a partir de su empeñosa voluntad, a reconstruir la fatalidad que se llevó a su hijo. Recordó a la chica de 16 años que dejó un mensaje en su contestador y que dio, así, la primera pista para llegar al responsable del accidente. Esa chica volvía de tomar una clase en el Normal 2 y vio a los dos ocupantes del Galaxy que arrolló a Damián. Memorizó la patente y la escribió al llegar a su casa. Y supo a dónde llamar para dar ese dato porque los medios prestaban especial atención al caso.
Gerónimo se movió para conseguir datos que luego llevó a la Justicia. "Yo me senté donde fue el accidente y no frente a los Tribunales porque entiendo que a la Justicia hay que dejarla trabajar. Y porque creo que se deben dar todas las garantías de defensa en juicio. Pero es un disparate que la resolución demore seis años. Hemos sufrido mucho, un proceso judicial tan largo condena a las víctimas", dijo.
Con su esposa Cristina y Víctor, su hijo de 23 años, hoy militan por la prevención en el tránsito. Los tres conducen la Fundación Conciencia Vial. Desde allí Gerónimo da valor al fallo que lo toca tan cerca. "Creo que la mejor condena social es la que se asienta en la ley. Y para aplicar la ley es crucial el análisis de la conducta posterior. Este señor violó todas las normas de cuidado, el cartel de pare, no frenó y terminó yendose. Si se hubiera quedado tal vez hoy podríamos ser dos amigos que tuvieron una desgracia".
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La Ciudad
