El gobernador Carlos Reutemann firmó ayer la reglamentación de la ley de salud reproductiva, después de un trámite que llevó casi un año y medio desde que la norma fue aprobada por la Legislatura provincial tras intensos lobbies en su contra impulsados por grupos católicos. En su versión final, el decreto estipula que en el consejo asesor del programa se integrarán delegados de los arzobispados de Rosario y Santa Fe. Esta inclusión no estaba contemplada en el artículo 10 de la ley, que establecía convocar a entidades científicas y universitarias, efectores de especialidades médicas competentes, colegios profesionales, la Organización Panamericana de la Salud y entidades no gubernamentales con trayectoria en la materia. Para el ministro de Salud, Fernando Bondesío, la incorporación se explica por el carácter "esencialmente educativo" de la norma y la gran cantidad de colegios católicos que hay en la provincia.
"Esto es una arbitrariedad del Ejecutivo, un exceso sin la menor fundamentación", disparó uno de los autores del proyecto consensuado y más tarde convertido en ley, el diputado provincial Eduardo Di Pollina. El legislador aclaró, además, que si el gobierno pretendía introducir una modificación a la norma debería haberla vetado antes parcialmente.
"Objetivamente, al margen de las ideologías y las creencias, ¿cuál es la pertinencia de que la Iglesia esté representada en el consejo asesor del programa?", se preguntó Di Pollina. Y en consonancia con ese interrogante recordó que fue un secreto a voces en Santa Fe la presión ejercida por la Iglesia como último recurso para trabar la reglamentación.
Di Pollina no fue el único sorprendido. El jefe de Obstetricia del Hospital Centenario, Walter Barbatto, quien participó de reuniones en Santa Fe para aportar su experiencia a la reglamentación de la ley, tampoco tenía noticia de que habría dos delegados de los arzobispados en el consejo asesor. "Lo menos que uno puede preguntarse es por qué debe opinar la Iglesia sobre cuestiones que atañen estrictamente al campo científico y a las políticas de salud", afirmó.
Los métodos católicos
El hecho también sorprende porque la doctrina católica apenas acepta los métodos anticonceptivos que denomina "naturales", vale decir, de abstinencia sexual por períodos, y no sólo rechaza al DIU por considerarlo abortivo, sino hasta al simple profiláctico. Así las cosas, ¿cuánto puede aportar a un programa de salud que informe sobre una "sexualidad saludable", ayude a "prevenir el aborto y enfermedades de transmisión sexual" y provea métodos para evitar un embarazo? \El ministro de Salud, Fernando Bondesío, salió al cruce de tantas dudas con una respuesta: "Lo que sucede es que el programa se va difundir en el sistema educativo, con una participación muy activa del ministerio, y no se puede negar la cantidad inmensa de colegios confesionales que tiene la provincia".
Por eso, afirmó el ministro, al gobierno le gustaría "unificar el discurso en la faz operativa y no tener después conflictos o contradicciones". Y como el programa apunta "esencialmente a crear conciencia y educar a la población", para el funcionario era importante "dar la voz a la Iglesia Católica en el consejo asesor".
-¿Y cómo van a sortear el rechazo tan radical del catolicismo hacia los métodos anticonceptivos? \-Su voz no es vinculante, sino asesora.
-¿No cree que es una concesión a la pelea que dio la Iglesia santafesina contra esta ley? \-No lo veo así, sino como un foro de opinión. De todos modos, el ministerio se reserva el derecho a desarrollar las políticas educativas que crea convenientes en el marco de la ley.
La conformación del consejo asesor fue la única novedad que introdujo la reglamentación. En los otros aspectos mantiene que garantizará a mujeres y varones el acceso a la información, las prestaciones, los métodos y servicios necesarios para ejercer sus derechos reproductivos. Y en lo que refiere a los métodos concretos, aclara que serán "de carácter reversible, transitorio y no abortivo, elegidos voluntariamente por los beneficiarios", con cobertura gratuita para "los grupos sociales de mayor riesgo".