El Ministerio de Defensa podría disponer a fin de año desactivar la mayoría de las bases antárticas por no disponer del presupuesto necesario para su funcionamiento y mantenimiento, anticiparon fuentes castrenses, que calificaron a la medida como un "default científico" para el país.
De las seis bases permanentes y de las siete transitorias que actualmente desarrollan actividad científica en el continente blanco, sólo quedarán activas las bases Marambio y Jubany, que continuarán en forma restringida con tareas relacionadas con el estudio ambiental.
La decisión puede representar un "justificado ahorro" sobre la crítica situación del país, pero para el mundo científico nacional e internacional "significa un duro golpe" a las tareas de prevención de los fenómenos atmosféricos, biológicos, químicos y marinos que afectan al mundo, se lamentó una fuente de las fuerzas armadas.
El principio del fin
"Es un default científico en la Antártida", sostuvo una alta fuente castrense, que observó que "parecería ser el principio del fin de la presencia de nuestro país en la Antártida, que se remonta a 1904 cuando se inició la ocupación permanente en las islas Orcadas".
Las bases antárticas convirtieron a la Argentina en el único ocupante permanente del continente antártico durante 40 años, y juntamente a la labor científica realizada desde entonces son los principales valores que constituyen los mejores títulos de soberanía en el área.
Desde la óptica científica universal, la labor que desarrollan científicos argentinos en la Antártida en materia de investigaciones y observaciones "son eslabones de una cadena de información que comparten con los países que conforman el Tratado Antártico y el corte de uno de estos eslabones degrada sensiblemente la continuidad de la labor científica integral", conjeturó la fuente.
Muestra de ello son inversiones millonarias que periódicamente han realizado organismos internacionales y empresas privadas nacionales y extranjeras para optimar el equipamiento tecnológico.
La empresa argentina de Gregorio Perez Companc hace pocos años atrás donó una importante inversión para la instalación y mantenimiento de un centro permanente de observación de la capa de ozono en la base Belgrano.
La medida adoptada por el Ministerio de Defensa pondrá fin a más de 30 acuerdos y proyectos vigentes de investigaciones científicas con organismos nacionales y distintas universidades del mundo.
Entre las universidades que tienen convenio con las bases antárticas figuran la de La Plata, Buenos Aires; de Torino, Italia; de Berlín, Alemania; de Quebec, Canadá; Haifa de Israel; de San Pablo, Brasil; el Instituto Tecnológico Aeroespacial de España, de Física de la Atmósfera de Roma, la National Science Fundation de Estados Unidos, y el Institute Pierre et Marie Curie de Francia, entre otros. (Télam)