A medida que domina la escena nacional, la convulsionada interna del PJ abre un mar de interrogantes sobre la manera en que se desarrollará el proceso electoral. La falta de un candidato que pueda alinear al partido detrás de un sólido liderazgo, como ocurrió en otros tiempos, sumió al peronismo, y al propio gobierno nacional, en una descarnada lucha con final abierto. Ayer volvieron a recrudecer los cruces entre prácticamente todos los precandidatos. El gobernador de Salta y compañero de fórmula de Carlos Menem, Juan Carlos Romero, acusó al presidente Eduardo Duhalde de querer él mismo "poner en peligro" las elecciones generales con el fin de postergar las internas el "mayor tiempo posible" y encontrar así al candidato presidencial a quien poder apoyar. Incluso hasta José Manuel de la Sota (a quien muchos quisieron ver como "el candidato de la Rosada") disparó por elevación contra Duhalde. "Hubo algunos que se quedaron con el gobierno sin que la gente votara", dijo luego de recordar que, tras la renuncia de Fernando de la Rúa, él había reclamado "elecciones anticipadas" por lo cual fue tildado de "ambicioso". Otro que aportó a la confusión fue el gobernador bonaerense Felipe Solá, quien luego de haber recibido el respaldo el duhaldismo para buscar la reelección en la provincia desmintió tajantemente la posibilidad de acompañar al puntano Adolfo Rodríguez Saá en la fórmula presidencial. De todos modos, dijo sentirse "halagado" por haber sido mencionado por Saá entre quienes tienen chances de secundarlo. No contento con pegarle a Duhalde, Romero también la emprendió contra De la Sota luego de que éste advirtiera que iría por afuera del PJ si el consejo nacional justicialista, dominado por el menemismo, no garantiza la transparencia de las internas. "Acá no hay ninguna manipulación", replicó Romero, y atribuyó la actitud del cordobés a una "especie de reacción electoral y a la sensación que debe tener de haber perdido un poco el apoyo de la provincia de Buenos Aires". Algo de razón tiene Romero ya que De la Sota pareció perder el respaldo que en momento tuvo del duhaldismo, que desesperanzado por su mala ubicación en las encuestas, comenzó a acercarse al también precandidato Néstor Kirchner. Romero interpretó que el pedido de suspensión de las internas que Duhalde hará en el Congreso obedece en realidad a que el gobierno necesita tiempo para "alentar a algún candidato", aunque enfatizó que cuando el Ejecutivo quiso respaldar a algún postulante. con la intención de que derrote a Menem, "poco favor le hicieron". En un arranque de sensatez, dijo luego que "bastantes problemas tiene la gente como para estar viendo este espectáculo de los políticos en un tironeo, donde hay pocas propuestas por parte de los otros candidatos". Con la idea de fija de remontar en los sondeos, De la Sota recordó lo que sucedió tras la caída de De la Rúa, e hizo hincapié en el efímero gobierno de uno de sus rivales en la interna, Rodríguez Saá. Destacó que esa experiencia "fue muy negativa" porque, entre otras cosas, "no cumplió con su tarea, que era llamar a un comicio dentro de los noventa días". "Fueron siete días llenos de errores que motivaran que la propia gente lo echara del gobierno, y lo más grave es que él en vez de aceptar sus errores pretendía echarle la culpa a otros que no tenían nada que ver en el tema", acusó. De la Sota fue otro de los que se sumó a las críticas contra el pedido de Duhalde al Congreso. "No entiendo este reclamo", dijo, y agregó: "Yo le creo; entiendo que cuando se renuncia es de tipo indeclinable, máxime un presidente de la Nación; además, nadie le pidió que lo haga, fue una decisión voluntaria de él que acaba de ratificarla el otro día". "Si uno ya no le cree a un presidente cuando dice que va a renunciar porque convoca a elecciones, bueno, realmente estamos en una situación más que complicada", indicó. La agudización de la disputa interna en el PJ corre en paralelo con las agujas del reloj: el jueves próximo vence el plazo para que se registren los candidatos ante la junta electoral.
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