Alumni viene entonado. No hay dudas. La semana pasada bajó al SIC y su histórico invicto y en la tarde de ayer venció nada menos que a Universitario de Tucumán, el subcampeón del Torneo del Interior, de visitante por 15 a 12. El marcador cerrado mostró la chatura de un trámite en donde los locales tuvieron mucho más tiempo la pelota pero no supieron utilizarla con inteligencia. Alumni, en cambio, fue más práctico y efectivo. Aprovechó mejor sus oportunidades, mostró una dosis mayor de certeza en la definición y terminó construyendo un triunfo muy importante, en una cancha complicadísima, y que no dejó lugar a dudas. Los de Tortuguitas fueron prolijos en su trabajo. Supieron aguantar los embates, llenos de espíritu pero carentes de ideas, de los tucumanos y lastimaron en los momentos justos. Universitario no supo traducir su dominio territorial en puntos. Sus conductores no encontraron en ningún instante la claridad necesaria para encontrar huecos en la defensa rival y chocaron permanentemente contra su propia impotencia. El primer tiempo terminó 12 a 6 en favor de la visita ya que fue el único de los dos que supo como llegar hasta el ingoal adversario con solvencia. Los tries de Abramovic y Visser fueron las únicas anotaciones de la tarde, demasiado poco para un partido con dos protagonistas con aspiraciones. En el complemento, Universitario cayó preso de su ansiedad. Eso le hizo cometer numerosos errores tanto en ataque como en defensa. Finalmente la reacción de los locales nunca llegó. Y en los minutos finales los tucumanos se fueron a buscar la heroica pero todos sus movimientos ofensivos carecieron de contenido y profundidad. Alumni, más maduro y sereno, marcó bien en defensa, aguantó con firmeza y con una muy buena victoria de visitante sacó pasaje a la ansiada final del Nacional de Clubes.
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