La familia Lemas había decidido pasar el fin de semana que coincide con el Día de la Madre en Rosario. Pero el viaje desde Pergamino por la ruta 18 por poco no se convirtió en tragedia. Al pasar la localidad de Santa Teresa, un grupo de delincuentes interceptó el coche en el que iban Salvador, su mujer, su hija de 10 años y una amiguita de 11, con toda la intención de robárselo. Pero el hombre se resistió e intentó arrebatarle el arma a uno de los asaltantes al sentir que su familia corría peligro. Le pegaron un balazo en la mano derecha que, además de fracturarle dos dedos, quedó incrustado a la altura del antebrazo.
Por esa herida lo iban someter ayer al mediodía a una cirugía en el Hospital Centenario. Hasta ese momento había atravesado casi 20 horas con el plomo incrustado en el brazo sin que pudiera recibir atención médica. "Estoy desde ayer a la tarde con la bala adentro. No doy más, quiero que me curen el brazo de una buena vez", reclamó ayer Salvador Lemas, quien antes de llegar al nosocomio de avenida Francia y Urquiza también fue revisado en el Hospital Provincial, donde sólo le hicieron unas curaciones de primeros auxilios. Sucede que el hecho se produjo el jueves alrededor de las 15.45 y recién ayer antes del mediodía había conseguido que lo operaran para extraerle la bala y curarle los dedos.
Lemas y su pareja decidieron viajar a Rosario para visitar a los padrinos de su pequeña hija y festejar entre amigos y familiares el Día de la Madre. La familia, a la que se sumó una amiguita de 11 años, había salido desde Pergamino por la ruta 18, que ingresa a Rosario por la avenida Ovidio Lagos. Salvador no pudo identificar con exactitud el lugar, pero estaba seguro de que ya había pasado por Santa Teresa, a poco menos de la mitad del viaje, cuando por un pequeño desperfecto en el motor tuvo que detenerse en la banquina.
"Apenas levanté el capot del motor apareció un Chevrolet Vectra blanco con dos tipos adentro que directamente bajaron y me encañonaron con un arma", recordó Salvador mientras esperaba turno para ser operado. "Dijeron que me quedara tranquilo y me tirara al piso, que querían el auto", agregó.
"Un manotazo para sacarle el arma"
Pero todo se complicó cuando uno de los delincuentes atinó a acercarse hacia donde estaban la mujer de Lemas y las dos nenas. "Cuando lo pude tener un poco más cerca, le tiré un manotazo para sacarle el arma, pero me pegaron un tiro en el brazo. Lo que pasa es que me asusté porque en el auto estaban las dos nenas y tuve miedo por ellas", dijo Lemas.
Los delincuentes optaron entonces por marcharse en el mismo vehículo en que habían llegado. A duras penas, Lemas pudo conducir hasta la cabina del peaje más cercano, donde contó lo que había sufrido. De allí fue derivado a Rosario para su atención médica. En tanto, su denuncia fue remitida a la Unidad Regional VI, del departamento Constitución, en cuya jurisdicción ocurrió el delito.
Lemas se dedica al armado, reparación y refacción de autos antiguos. El mismo reformó su Peugeot 504 con un toque deportivo y le instaló gas natural comprimido. "A lo mejor sabían que tenía GNC y me estuvieron siguiendo hasta que estuve en medio del campo para robarlo", fue la conclusión que sacó de la experiencia.
La Ciudad
