Washington. - No pasó mucho tiempo para que George W. Bush admitiera que valora de manera muy diferente a los integrantes del "eje del mal". La comunista Corea del Norte, al contrario que Irak, no debe temer un ataque militar tras conocerse que lleva adelante un programa de armas atómicas, violando todos los acuerdos internacionales. "Irak es único", es la explicación del gobierno estadounidense. "Se trata de regiones y circunstancias diferentes".
Mientras Irak está debilitado tras la Guerra del Golfo en 1991 y sólo dispone de unos 450.000 hombres, Corea del Norte cuenta con un millón de hombres armados. Tras realizar una prueba con un cohete el 31 de agosto de 1998, también se sabe que Corea del Norte puede alcanzar Japón con misiles.
Pero los expertos opinan que un ataque a Corea del Norte desataría una segunda Guerra de Corea y podría llevar a la destrucción de Corea del Sur. Además, los aliados de EEUU en la región son vulnerables y el equilibrio de poderes en Asia es tan precario que cualquier nimiedad puede romperlo.
Una guerra de dos o incluso tres frentes en Afganistán, Irak y Corea del Norte fatigaría además mucho a las fuerzas armadas estadounidenses, que en Corea del Sur están presentes con 37.000 soldados. "No creo que el gobierno quiera una guerra de dos frentes en este tema", dijo Ted Carpenter del Instituto Cato, organización liberal de Washington.
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld hizo de la necesidad virtud. Las autoridades en Pyongyang admitieron estar desarrollando un programa atómico, dijo. Entonces no tiene sentido insistir en la inspección de armas como ocurre en el caso de Irak, que hasta ahora niega tener planes atómicos. Rumsfeld cree que los norcoreanos poseen "una pequeña cantidad de armas nucleares".
Según expusieron altos funcionarios estadounidenses, no está claro si ya disponen de un arma nuclear lista para ser utilizada. En cambio, según los expertos estadounidenses y surcoreanos, en el Norte comunista hay toneladas de armas químicas y biológicas.
"Dictador asesino"
A pesar de las sorprendentes confesiones, Corea del Norte y su jefe de Estado Kim Jong Il son considerados más previsibles que "el dictador asesino", como la Casa Blanca llama a Saddam Hussein.
El analista del Instituto Cato Doug Bandow no ve en Corea del Norte un peligro para EEUU. El cree que con la táctica de Pyongyang de admitir abiertamente su situación Corea del Norte quiere evitar que se creen las condiciones para un ataque preventivo de la nueva doctrina Bush.
Otros expertos creen que el gobierno norcoreano ya siempre tuvo una tendencia a conseguir ayuda a través de un comportamiento provocativo y una posterior transigencia. Claro que ahora las posibilidades son peores. De momento, en el Departamento de Estado en Washington no se habla de ninguna oferta económica o de otro tipo a Corea del Norte.
Incluso está en peligro un proyecto de 5.000 millones para la entrega de dos reactores de agua ligera. Aquello se prometió en 1994 como contrapartida a la renuncia de Corea del Norte a su programa nuclear. Pero el tema se retrasó. Corea del Norte ya se había quejado en 2000 y amenazado con romper el acuerdo. (DPA)