Un muchacho que había sido secuestrado y mutilado por una banda que lo capturó en el barrio porteño de Villa Urquiza, fue liberado ayer por la policía. Los delincuentes, en un claro mensaje mafioso, retuvieron y le cortaron el meñique de la mano derecha a la víctima luego que se pagara un rescate menor al exigido.
Tras dos días de cautiverio, Federico Strajman, de 27 años, hijo de un comerciante de oro, fue liberado por la policía en una casa del barrio residencial Bonanza, del partido bonaerense de Pilar.
Los investigadores apresaron a seis integrantes de la banda, cinco hombres y una mujer, pero todavía les resta hallar a un prófugo que, junto a uno de los ya detenidos, lideraba al grupo, según indicó el jefe de Delitos Complejos de la Policía Federal, Carlos Sablich.
A pesar del esfuerzo de un equipo médico del hospital Pirovano, al joven Strajman no lograron reimplantarle el dedo meñique de la mano derecha que los secuestradores le arrancaron con una tenaza y le entregaron a su padre adentro de una caja de cartón, explicaron los voceros.
El caso, que según los propios investigadores no tiene precedentes en la historia policial argentina, comenzó la noche del miércoles cuando el joven fue amenazado por al menos tres hombres armados que lo obligaron a subir a un auto en momentos en que se disponía a entrar a su casa de Villa Urquiza,.
Con el muchacho en su poder, los delincuentes realizaron rápidamente un primer llamado a su familia y le exigieron dos mil dólares de recate al padre de la víctima. El hombre logró reunir mil pesos y 600 dólares y la entrega se realizó a las dos horas en el barrio de Belgrano. "El padre fue en su auto hasta una esquina previamente acordada y, una vez allí, se le acercaron dos personas en una moto chica que por la ventanilla le pidieron el dinero", precisó un vocero.
Escalada de violencia
La promesa de los secuestradores fue liberar al joven inmediatamente después del pago, pero no cumplieron. Horas más tarde volvieron a llamar al padre de Strajman y le pidieron 30 mil dólares más para devolverle a su hijo vivo.
Ese procedimiento fue para los investigadores una muestra de que la banda en realidad inició el hecho criminal pensando en un "secuestro express", aunque al enterarse de que su víctima tenía un buen pasar decidió tenerlo cautivo más tiempo.
El padre de Strajman intentó explicarle a los secuestradores que le era imposible obtener esa suma, lo que los enfureció. Tras ese llamado, uno de los delincuentes volvió a contactarse con el hombre y le indicó que en una vereda de Villa Urquiza había dejado una caja a su nombre.
El padre del secuestrado fue al lugar y al abrir el paquete encontró un dedo meñique en una bolsa plástica y una esquela que decía "con nosotros no se jode". Ante esa muestra de violencia, el hombre decidió entonces radicar una denuncia ante la policía para que interviniera en el rescate.
La presentación fue realizada a las 14 de anteayer en el departamento de Delitos Complejos, tiempo durante el cual el padre del joven guardó el dedo en la heladera con intención de conservarlo intacto para que pudieran concretar un reimplante. Previamente, la policía ordenó que la pieza fuera enviada al gabinete pericial de la fuerza para determinar si se correspondía o no con las huellas dactilares de Strajman, lo que quedó fehacientemente establecido.
En base a datos obtenidos en diversas investigaciones que desde hace tiempo lleva adelante Delitos Complejos en otras causas, la policía reunió información sobre los secuestradores del joven que, al igual que su padre, se dedica al comercio de oro.
Mientras Strajman acordó para ayer a la madrugada un nuevo encuentro con los captores -esta vez en Pilar- para entregarles el dinero requerido, la policía allanó domicilios de la zona de Villa Urquiza y apresó a tres integrantes de la banda.
Al enterarse de los arrestos, quienes mantenían cautivo a Strajman no volvieron a llamar a su padre y abandonaron al joven en un altillo de un dúplex del barrio Bonanza, donde pasó parte de su encierro, dijeron los voceros.
Hasta allí llegó la policía tiempo después y fue recibida por el propio secuestrado, quien les abrió en persona la puerta del altillo de donde ni siquiera se había animado a salir a pesar de saber que sus captores se habían ido.
No pudieron reimplantar el dedo
El joven fue trasladado al hospital Pirovano para ser asistido, ya que pidió a los agentes que lo llevaran a la Capital Federal, fuera de Pilar. En el Pirovano no lograron reimplantarle el dedo, explicó el director de ese centro asistencial, Rodolfo Novarini. Luego fue dado de alta y llevado a Delitos Complejos, donde contó parte de lo vivido a la policía. "Dijo que el dedo fue arrancado con una tenaza cuando estaba acostado con los ojos vendados", indicó el comisario Sablich.
Según los investigadores, el joven estuvo cautivo en otros dos lugares además de la casa de Pilar. "Es más, el dedo se lo arrancaron en otro sitio", dijeron.
Respecto del dúplex en el que fue hallado Strajman, en el cruce de Tulipanes y Las Glicinas, las fuentes dijeron que había sido alquilado por los integrantes de la banda, aunque todavía se intenta establecer con qué finalidad. (Télam y DyN)