"Para que nos dejen trabajar tranquilos, invitamos a los muchachos con un cafecito o les tiramos algunos pesos. En general sucede a diario". Ese es el pacto que tienen algunos taxistas con ciertos inspectores de la Dirección de Transporte de la Municipalidad. Es que los peones o titulares son conscientes de que cometen infracciones a diario, más que nada cuando se trata de contar con la documentación en regla. Existe una especie de complicidad, que beneficia tanto a unos como a otros: "Si vamos a la revisión con los coches en el estado que están actualmente no la pasamos, o nos cobran mucha guita. Por eso es mejor darles unas monedas, y así nos quedamos todos contentos", resumió un taxista a este diario.
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