El Colegio de Abogados de Rosario dejó formalmente inaugurado su Tribunal Arbitral, que apunta a constituirse en un medio de solución de conflictos alternativo a la Justicia ordinaria. En un acto realizado en la Casa del Foro, el presidente del directorio de la institución profesional, Mario Holand, fundamentó la iniciativa y el jurista Julio César Cueto Rúa disertó sobre el tema (ver aparte). El tribunal recién inaugurado "aspira a conformar una nueva sede de paz social, de solución de controversias, sobre la base de un reglamento que garantiza las premisas elementales y fundamentales de eficiencia, rapidez, economía y especialización", destacó Holand al explicar la iniciativa. Funcionará dentro del marco del Centro de Altos Estudios en Métodos Adecuados de Resolución de Conflictos de la entidad profesional, que también administra un Centro de Mediación con sede en la Casa del Foro y dependencias en barrios. Al tribunal cualquier persona podrá acceder voluntariamente para resolver todo tipo de controversia, cualquiera sea su índole sustancial y su trascendencia económica, incluso causas por pequeños montos, lo que lo distingue de otras iniciativas arbitrales. Destacó Holand la trascendencia de que sea a partir del Colegio de Abogados que se instala en nuestro medio este nuevo instituto, que "tendrá -destacó- una fuerte incidencia sobre el futuro profesional", ya que "implica la certera posibilidad de nuevas fuentes de trabajo para los abogados". "Esto es así -dijo a La Capital- porque permitirá que con mínimas condiciones formales vinculadas con el ejercicio profesional, cualquier abogado de la matrícula podrá ser elegido por las partes para desempeñarse como árbitro, actuando dentro del marco institucional del tribunal, y recién en caso de desacuerdo entre ellas se designará a uno de los árbitros del plantel permanente" (ver nómina aparte). La influencia en el ejercicio profesional se notará, destacó Holand, tanto en la incorporación de los medios alternativos de solución de controversias a la enseñanza universitaria como en la "promoción de una modificación en la mentalidad pleitista y litigiosa de los abogados. La hora exige un tipo de abogado distinto. Estamos inmersos en la transformación".
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