Carina Bazzoni / La Capital
Los 61.400 planes para jefas y jefes de hogar desocupados que recibe Rosario entrarán esta semana en una etapa decisiva. A fin de mes, la Municipalidad tendrá que remitir al Ministerio de Trabajo de la Nación un padrón con los beneficiarios del programa que estén cumpliendo con la contraprestación laboral obligatoria. Y si bien todavía no ha habido una comunicación oficial al respecto, todo indica que este listado condicionará los futuros pagos. Es más, para que no queden dudas, funcionarios del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la Sindicatura General (Sigén) ya llegaron a Rosario para auditar los proyectos que se desarrollan y la cantidad de personas empleadas en cada uno. El dato no es menor. Sólo 27 mil de los 61 mil beneficiarios del plan cumplen con la contraprestación de cuatro horas diarias de trabajo a cambio de los 150 Lecop que reciben al mes. De ellos, la mayoría (unos 21 mil) participa de tareas comunitarias desarrolladas por vecinales, iglesias, cooperadoras escolares y organizaciones no gubernamentales. El resto forma parte de proyectos de huertas, higiene urbana y pequeñas obras públicas dirigidas por el municipio. Pero como los tiempos expiran, tanto desde la Municipalidad como desde la provincia impulsarán en estas semanas el desarrollo de nuevos proyectos y exigirán a los beneficiarios del plan que se sumen a ellos. Con este objetivo, el titular de Promoción Social municipal, Miguel Zamarini, se reunirá hoy con autoridades de la Secretaría de Promoción Comunitaria de la provincia y representantes de distintas organizaciones no gubernamentales. La secretaria de Promoción Comunitaria de la provincia, Adriana Cavuto, ni siquiera se anima a imaginar la situación que generaría la pérdida de planes sociales en la ciudad. "Sería terrible, sabemos que este programa ayudó para descomprimir la situación social, que se puede volver a complicar si se pierde un número determinado de beneficiarios", sostuvo. Los cálculos de Zamarini no son más tranquilizadores: "En Rosario hay unas 61 mil personas que reciben estos subsidios, si contamos las familias de cada uno de los jefes de hogar estamos hablando de 240 mil personas. Es decir que nada menos que un cuarto de la población de la ciudad tiene en este programa un ingreso regular. Entonces no podemos correr riesgos. Vamos a ser más exigentes con el tema de la contraprestación, para no tener que lamentar personas que sean dadas de baja del proyecto". En este punto el funcionario fue claro. "Vamos a insistir con la necesidad de desarrollar algún tipo de tarea. Estamos pensando en multiplicar las ofertas de inserción y de capacitación en carpintería, albañilería y herrería. Porque no queremos que nadie quede afuera del programa", repitió. Desde la provincia también se están barajando distintas alternativas para que los beneficiarios del plan puedan asegurar algún tipo de contraprestación. "Estamos pensando desarrollar cursos de alimentación, cuidado de niños, procreación responsable, entre otros, principalmente dirigidos a las mujeres", enumeró Cavuto. Sin embargo, para ponerlos en marcha todavía se espera el visto bueno de la Nación. Lo cierto es que a fin de mes la suerte estará echada. "No sé si llegaremos al ciento por ciento, pero creemos que la mayoría estará trabajando", pronosticó Zamarini.
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