A pesar de haber sido uno de los fogoneros del juicio a la Corte (en febrero calificó de "muy grave" el fallo en el que ésta declaró la inconstitucionalidad del corralito), ayer el presidente Eduardo Duhalde recibió con satisfacción que el proceso al máximo tribunal haya sido archivado por Diputados.
"Era necesario terminar con un conflicto latente entre poderes", justificó, pero en seguida les mandó un mensaje a los jueces salvados del banquillo: "Estoy convencido de que actuarán con la mirada puesta en los intereses de la Nación, que son superiores a la de los particulares". Se refería a las decisiones que deberá tomar la Corte en cuanto los amparos presentados contra el corralito financiero.
Pero el gesto de reciprocidad que espera Duhalde de los magistrados no parece que se dará automáticamente. Ayer el presidente del tribunal, Julio Nazareno -quien más cargo en su contra tenía (44) y más votos recibió para que sea enjuiciado (143)-, negó que esté pensando en renunciar a su cargo, calificó al proceso en la Cámara baja de haber estado "politizado" y lanzó un desafío: "Que al corralito lo resuelvan los diputados". Luego agregó: "La pesificación y todas las normas que se dictaron no lo hizo la Corte, sino el Ejecutivo y el Congreso, y ahora pretenden que resolvamos los líos que hacen. ¡Por favor!".
Después de haber zafado casi milagrosamente del juicio ("En un momento pensé que me iban a echar"), Nazareno señaló que el proceso al máximo tribunal "terminó bien", pero admitió que "no podemos estar eufóricos porque han desgastado ferozmente las instituciones, hirieron la Corte y politizaron el tema".
Luego de tildar de "absolutamente falsas" las acusaciones contra de él y sus colegas, Nazareno rechazó con ironía las imputaciones que señalan que los fallos de la Corte habrían sido "funcionales" al ex presidente Carlos Menem. "Sí, también a Fernando de la Rúa, y ahora van a decir que también a Eduardo Duhalde", reaccionó, y agregó: "Cuando usted sacaba el 13% decían que bombardea el gobierno para negociar el juicio político, y ahora dicen que se negoció la impunidad".
Por su parte, Adolfo Vázquez, quien secundó a Nazareno en la mayor cantidad de votos para ser sometidos a juicio, también habló de "ideologización", dijo que se trató de una "parodia" y aseguró que tiene la "conciencia totalmente tranquila".
En la Rosada también se registraron expresiones de alivio. Duhalde consideró que la decisión de Diputados "ayuda a sacar incertidumbre" en el país y confió en que los magistrados no fallarán en contra de la pesificación y el corralito financiero porque "creo que la Corte sabe que eso sería volver a poner al volcán en erupción".
"Era necesario terminar con el conflicto latente entre poderes" dijo el jefe de Estado, porque "era como tener a la máxima instancia judicial permanentemente en el banquillo de los acusados". Luego expresó su deseo de que los miembros del tribunal "irán decidiendo" las causas pendientes relacionadas con la pesificación y los amparos por el corralito, tal como reclama el FMI para avanzar en un acuerdo con la Argentina.
Desde la otra vereda, el titular de la comisión de Juicio Político de la Cámara baja, Sergio Acevedo (PJ-Santa Cruz), y la diputada del ARI Elisa Carrió confiaron ayer en que en un futuro no muy lejano los miembros de la Corte serán sometidos, finalmente, a juicio para lograr desterrar la "impunidad" en la Argentina.
Acevedo sostuvo que Diputados "perdió la oportunidad de darle una señal a la sociedad de que había receptado su demanda de no más impunidad, de transparencia y de que a los poderosos en este país se los puede investigar y acusar".
A su turno, Carrió, quien tuvo un papel preponderante en el frustrado propósito de sentar a los magistrados en el banquillo de los acusados, volvió a advertir que éste no es fin de la lucha y que seguirá investigando sobre todo a Nazareno. Tras considerar que sus pares opositores cometieron "un acto criminal para garantizar la impunidad", dejó en claro que "ellos podrán ganar una votación, pero lo que no pueden es cambiar la verdad: que Nazareno es un juez corrupto, que no puede ser presidente de la Corte y que esta batalla no termina aquí".
En la misma línea, el diputado nacional Rubén Giustiniani (Partido Socialista), tras afirmar que "el juicio a la Corte significó un hecho histórico", ya que es la segunda vez que se dio una situación de estas características en el país, dijo que "es triste y preocupante que el enjuiciamiento no se haya producido".
Giustiniani justificó su posición en que "los miembros de esta Corte fueron partícipes fundamentales de la década menemista, marcada por la exclusión social y la corrupción; estos jueces fueron funcionales con sus fallos al perjuicio de los usuarios de servicios públicos, con el aumento de las tarifas, al no esclarecimiento de hechos dramáticos en el país como el atentado a la embajada de Israel, que de lo contrario podría haber evitado un segundo ataque. Su conducta no ha honrado la figura del máximo tribunal de justicia".
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La Ciudad
