A sólo 25 kilómetros del océano Atlántico, Trelew es la vía de acceso más directa hacia todos los puntos de interés turístico de la patagonia marítima. Cuenta con una totalidad de 100.000 habitantes y es el epicentro de actividades comerciales, industriales, recreativas y de servicios de toda la región.
La belleza paisajística; el avistaje de ballenas, pingüinos y toninas overas; los museos y la posibilidad de practicar una amplia gama de deportes la convierten en un sitio ideal para pasar unos días en cualquier época del año.
Emplazada en el valle inferior del río Chubut, sobre la ruta nacional N 3, Trelew (que en galés significa "pueblo de Luis", en homenaje a Lewis Jones, su fundador) surgió ante la necesidad de la construcción de un ramal ferroviario que posibilitara a los colonos galeses trasladar los productos agropecuarios desde el valle inferior del río Chubut hacia la costa Atlántica.
Desde un avistaje sin igual como el de la ballena franca austral -fascinante espectáculo en aguas del Golfo Nuevo- hasta el impresionante encuentro con el pasado en el museo Egidio Feruglio son las propuestas de una ciudad donde la naturaleza nunca pierde protagonismo.
Ballenas francas
En esta época del año los ejemplares de ballena franca austral se encuentran con sus ballenatos. La actividad en las aguas del Golfo Nuevo comienza en el mes de mayo, cuando nacen, se alimentan, reproducen y amamantan a sus cachorros, hasta el mes de diciembre.
Estos mamíferos de cuerpo robusto, color negro y manchas blancas, miden en promedio de 12 a 13 metros. Para observarlos desplazarse en su hábitat basta con embarcarse desde Puerto Pirámides, a sólo 170 kilómetros de Trelew, en embarcaciones especialmente acondicionadas para tal fin, en un paseo que dura entre una hora y media a dos.
La Península Valdés no sólo es sinónimo de ballenas, también se pueden apreciar los apostaderos de elefantes marinos, animales que llegan a medir hasta 7 metros de largo y 3 toneladas de peso, agrupados en harenes de hasta 60 hembras por macho.
A 130 kilómetros de Trelew se encuentra Punta Tombo, donde se recorre una zona demarcada habitada por el pingüino magallanes, en la mayor colonia continental de estos ejemplares en Sudamérica. Todos los años, luego de emigrar al norte, regresan a los mismos nidos donde nacieron, bajo las matas, para depositar sus huevos o mudar su plumaje anual.
Mucho más cerca, en el corazón de la ciudad de Trelew, se puede conocer el origen y evolución de otras especies, las extinguidas hace millones de años. El museo Egidio Feruglio exhibe desde los primeros microorganismos hasta la aparición de la raza humana.
Para internarse aún más en el fascinante mundo de los dinosaurios basta con recorrer 25 kilómetros hasta llegar al parque Bryn Gwyn, donde por medio de un recorrido por las lomas se puede interpretar "in situ" la historia de la Patagonia por medio de piezas arqueológicas.
Si lo que se busca es la pesca sólo hay que llegarse hasta el dique Florentino Ameghino, distante a 120 kilómetros de Trelew, donde el río Chubut se encuentra entre enormes paredes de roca rojiza y un importante murallón de la represa que contiene las aguas en un embalse artificial.