La terminal multipropósito del puerto de Rosario pasará el próximo miércoles otra vez a manos privadas tras un interregno de dos años y medio operada por el Estado: el grupo catalán Puerto de Tarragona la tomará por 30 años y todos esperan que no reaparezcan nubarrones como los que enterraron la experiencia filipina de la firma Ictsi, en abril de 2000.
Dieciséis empresarios y funcionarios españoles arribarán pasado mañana a la Argentina y se entrevistarán por la tarde con el ministro de Economía, Roberto Lavagna. El miércoles estarán en el acto que presidirá, en Rosario, el gobernador Carlos Reutemann.
María Herminia Grande, titular del ente autárquico provincial (Enapro) que comandó la concesión del puerto, aseguró que el traspaso se produce mientras la terminal trabaja "al máximo de las posibilidades y empleando a 900 estibadores", tras "un esforzado proceso de recuperación de cargas".
Y es que los papeles indican que al 30 de agosto pasado se movieron 3,7 millones de toneladas, cifra fuera de pronóstico al arrancar 2002, gracias a la vuelta de los embarques de frutas (estuvieron perdidos por tres años en que se operaron desde Zárate-Campana) y a que se ganaron otros de azúcar, lácteos, carnes, aceites, clinker y derivados de petróleo.
Entre los clientes de la terminal figuran ahora Tabacal y Ledesma (ingenios azucareros), cementera Minetti, aceitera General Deheza, Pecom-Petrobras, Sancor, Milkaut y frigorífico Mattievich.
Otras novedades ocurrieron en los últimos meses, motivadas en general por la devaluación que favorece las exportaciones: se despacharon cargas de semilla orgánica, caracoles para consumo humano, habanos, miel, arándanos, maderas, muebles, carbón vegetal y caucho.
"El grupo español está recibiendo una terminal llave en mano. Digo esto porque el puerto de Rosario recuperó prestigio y está de nuevo en las conversaciones del negocio portuario", enfatizó María Herminia.
El contrato se había firmado el 29 de julio pasado. El concesionario se comprometió a pagar un canon anual de 1,8 millón de pesos y a concretar inversiones centrales en los primeros 12 meses que pasan por la instalación de la cámara frigorífica para frutas, la terminación del muelle nuevo, la refacción del segundo y la construcción del silo de fertilizantes. Resulta difícil el cálculo pero todas podrían sumar cerca de 18 millones de pesos.
El Enapro cobrará, además del canon, el derecho de muelle que podrá reportarle otros tres o cuatro millones al año. "Con eso se pagarán los sueldos y se irán desarrollando otras áreas de servicio", apuntó María Herminia.
Desembarcan los funcionarios
El próximo martes, entonces, llegarán al país encabezando la delegación el ministro de Obras Públicas de Catalunya, Felip Puig Godes; el presidente de Puerto de Tarragona, Lluis Badía I Chancho; y el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, Francese Cabré. Luego de la visita a Lavagna estarán el miércoles en la ceremonia en la sede del Enapro, avenida Belgrano 341.
El representante y máximo responsable del grupo en Rosario es Guillermo Salazar Boero.
Grande confesó estar "satisfecha" porque mientras se desarrollaba "exitosamente" el proceso de concesión se lograba que los galpones del puerto "estén a full, como ahora".
"Nótese -dijo- que cuando el sindicato portuario planteaba los reclamos, en el recordado conflicto de unos años atrás, lo hacía por 163 estibadores. Hoy hay prácticamente 900 trabajando".
"Y hubo otro detalle -advirtió-: hemos comandado la firma de un convenio laboral beneficioso para ambas partes para que no suceda lo que en otras terminales, donde se resignaron conquistas. Los sueldos podemos decir que son dignos, alrededor de 250 pesos semanales, y ya ingresaron a trabajar hijos de estibadores".
Grande dijo que a lo largo de estos años no hizo más que "cumplir con las indicaciones del gobernador Reutemann". Apuntó que además de los 900 estibadores existen otros 300 empleados en las áreas de administración, servicios, vigilancia, maestría y dirección de ferrocarril.
Y por último, manifestó su convencimiento de que el nuevo operador tecnificará e informatizará al puerto.