Washington. - Luego de obtener un contundente apoyo en el Congreso a su proyecto de declarar la guerra a Irak, y con encuestas que favorecen ampliamente esa iniciativa, el gobierno del presidente George W. Bush planifica instaurar un gobierno militar norteamericano en Bagdad, tras una invasión que parece cada vez más cercana. El modelo no sería el de Afganistán, donde un débil y multifacético gobierno local sufre problemas para imponerse en una nación tribal, sino el "modelo japonés", usado en Japón y Alemania al final de la II Guerra Mundial. Ese gobierno militar encabezado por EEUU que George W. Bush pretende instalar en Bagdad luego de derrocar a Saddam Hussein y ganar la guerra, entregará paulatinamente la responsabilidad a políticos civiles, cosa que podría tardar muchos meses. Los planes incluyen también procesos en tribunales de guerra contra destacados políticos iraquíes del actual régimen. Sin embargo, no se ha adoptado aún una decisión sobre estos planes, que seguirían el modelo de la ocupación de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, afirmaron altos funcionarios del gobierno en Washington. "El gobierno está decidido a no dejar que Irak se desmorone en el caso de que se llegue a una acción militar", indicó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. En este sentido, una cuestión decisiva será cuán rápido se pueda entregar al poder a un opositor de Saddam "de adentro y afuera de Irak", e indicó que un objetivo sería asegurar el abastecimiento de alimentos de la población. Fleischer subrayó que el presidente Bush aún no tomó una decisión. El general Tommy Franks, jefe del Comando Central de Estados Unidos, con competencia directa en el teatro de operaciones del Golfo, o uno de sus vicecomandantes, podría asumir el papel que tuvo en sus tiempos el general Douglas McArthur, indicaron los reportes. La oposición iraquí en el exilio, según estos planes, tendría al comienzo un papel mucho menor que hoy. Los funcionarios subrayaron que pretenden evitar en Irak el caos y las rivalidades que se han visto en Afganistán tras el derrocamiento del Talibán. Washington pretende asimismo mantener el control del país mientras siga buscando armas de exterminio masivo. En las deliberaciones, además del "modelo japonés", se ha discutido también la ocupación de Alemania en 1945, que acabó en la división del país y dio inicio a la Guerra Fría, aunque ahora se pretende evitar a toda costa una división de Irak. * Voto abrumador. Esta iniciativa polémica se conoció en Washington pocas horas después de que el Senado aprobara la autorización del uso de la fuerza militar contra Irak, refrendando lo hecho pocas horas antes por la Cámara baja. Es una decisión que, según George W. Bush, "dice claramente al mundo y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas" que "los días de Irak como Estado fuera de la ley están llegando a su fin". El Senado, dominado por una banca por los demócratas, aprobó tras diez horas de largas exposiciones, por 77 votos contra 23 la iniciativa del Ejecutivo. Horas antes, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, había aprobado con una amplia mayoría (296 a favor -entre ellos, muchos demócratas- y 133 en contra) la misma autorización, la tarde del jueves. El viceministro iraquí Tarek Aziz dijo que Irak está "listo para responder de inmediato a un ataque estadounidense", en la primera reacción iraquí al voto del Congreso. * Apertura de Putin sobre la ONU. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que no descarta un acuerdo en la ONU sobre Irak, tras entrevistarse con el primer ministro británico Tony Blair. Blair y Putin se han reunido en Moscú para conversar sobre la cuestión del desarme iraquí, que deberá ser abordada por la ONU. "Estamos listos con nuestros socios para buscar los medios que garanticen las actividades de los inspectores en Irak. Con este objetivo no descarto la posibilidad de llegar a una decisión común, incluso sobre una resolución de la ONU", explicó Putin. Esto implica un cambio de posición, ya que hasta ahora Rusia afirmaba que no eran necesarias nuevas resoluciones Irak. Quien no cambió de posición fue el gobierno socialdemócrata-verde de Alemania. Este mantiene inalterable su rechazo a un ataque militar contra Irak, pese a la decisión del Congreso estadounidense para iniciar una acción bélica, declaró el ministro del Exterior alemán Joschka Fischer. (DPA y Reuters)
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