Río de Janeiro. - La depreciación del real, que el jueves llegó a su mínimo histórico de 0,25 centavos frente al dólar, que cerró a 4 reales, se convirtió ayer en el tema central del duelo entre el socialista Luiz Inacio Lula da Silva y el socialdemócrata José Serra, que el día 27 disputarán la segunda vuelta de la elección presidencial de Brasil. Mientras que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso atribuye parte de las turbulencias a la incertidumbre en torno a los comicios -en los que Lula da Silva se perfila como amplio favorito-, el Partido de los Trabajadores (PT) niega tajantemente esa versión, y le echa al propio gobierno la culpa de la debilidad de la moneda.
"Al abandonar su posición de neutralidad y atribuir la crisis cambiaria a riesgos políticos, el presidente del Banco Central está, por un lado, influyendo en la campaña electoral -que es pésimo- y, por otro, intentando ocultar la fragilidad de la balanza de pagos brasileña", afirmó el economista del PT Ricardo Carneiro.
La acusación se refiere a declaraciones formuladas por el presidente del ente emisor, Arminio Fraga, quien el miércoles pidió a los candidatos a la sucesión de Cardoso ratificar sus compromisos con la disciplina fiscal y el pago de la deuda, para "calmar los mercados". Pese a que Fraga no nombró a ninguno de los candidatos, su intervención fue interpretada como una crítica a Lula, ya que Serra es el candidato oficialista, y en esa condición no sería considerado por el mercado como una amenaza para el mantenimiento de las directivas económicas. En una entrevista que publicó el diario Folha de Sao Paulo, Carneiro sostuvo que las actuales turbulencias no reflejan el llamado "riesgo Lula", sino "antes que nada la acentuación de la aversión al riesgo en escala global". Según el economista, ese fenómeno afectó fuertemente a Brasil a raíz del modelo económico adoptado por el gobierno actual, que volvió el país "particularmente vulnerable a la contracción global del crédito".
Carneiro afirmó que el PT "jamás consideró la posibilidad de centralizar el cambio" y sostuvo que "el compromiso expuesto y reafirmado en varios documentos (del partido de Lula) es con el régimen de cambio flotante".
"Brasil será Venezuela"
A su vez, José Serra, quien apuesta en la discusión directa con Lula para conquistar votos y zanjar la gran diferencia que lo separa del PT, aprovechó la disparada del dólar para retar una vez más al candidato socialista a enfrentarlo en debates públicos. "Esta es una cuestión típica que los candidatos deben debatir. En la segunda vuelta, necesitamos menos mercadeo, menos publicidad y más verdad y más propuestas", sostuvo el delfín de Cardoso, que agregó que si Lula llega a la presidencia, "Brasil puede convertirse en Venezuela. "La población tiene derecho a conocer las propuestas para no verse decepcionados, como ocurrió en Argentina y está ocurriendo en Venezuela".
Para los 115 millones de electores que volverán a las urnas para optar entre Lula y Serra, la disparada del dólar ya cobra su factura en los precios de varios productos, entre ellos alimentos esenciales. (DPA y Reuters)