El seleccionado de vóleibol de Rusia, el más ganador de la historia, se clasificó finalista del campeonato Mundial Argentina 2002, tras vencer con esfuerzo a Francia por 3-2, y definirá el título mañana ante Brasil, en una reedición de la final de 1982 jugada en el Luna Park. El encuentro decisivo, que se disputará desde las 18.30, también será una repetición de la final de la última Liga Mundial, en agosto pasado, en la que los europeos se impusieron sobre los sudamericanos como en Argentina 1982. El triunfo soviético, celebrado por los 3.400 espectadores que sintieron como propia la revancha por la eliminación del conjunto de Carlos Getzelevich, se construyó en 1 hora y 49 minutos de juego con parciales de 25-19, 16-25, 25-20, 21-25 y 15-9. Rusia buscará su séptimo campeonato del mundo el domingo ante Brasil, un país que nunca logró ese título y que sólo fue finalista en tierras argentinas. El objetivo de los europeos será engrosar un palmarés, que además de los seis títulos mundiales (1949, 1952, 1960, 1962, 1978 y 1982), también luce tres medallas doradas olímpicas (1964, 1968 y 1980), 12 campeonatos de Europa y cinco Copas del Mundo. Los ganadores, quienes estuvieron a un paso de quedar eliminados en la primera ronda, se vengaron de la derrota que le propinaron los franceses por 3-1 (25-21, 25-21, 13-25 y 25-12), en un partido correspondiente al grupo C de la ronda inicial. Además, lograron revertir la pálida imagen con la que se clasificaron como el cuarto mejor tercero y recuperaron su nivel basado en la jerarquía de sus figuras. Francia, por su parte, jugará hoy desde las 18.30 con Yugoslavia por el tercer puesto, que en caso de no conseguirlo no le impedirá redondear su mejor participación en campeonatos mundiales (había sido sexto en tres ocasiones). El primer parcial quedó en poder de los rusos porque Francia no le encontró solución a un factor decisivo para el marcador: el ataque rival, especialmente por el centro, que tuvo una notable efectividad en Roman Iakovlev, Alexei Koulechov y Pavel Abramov. La comodidad que dispuso el conjunto soviético ya no se repitió en el segundo, ya que los verdugos de Argentina, con el recambio de su armador (Patín por De Kegret), variaron la fisonomía de su juego. Antiga, Granvorka y Capet, en menor medida, fueron determinantes para vencer a un bloqueo adversario que perdió consistencia y así establecer una diferencia holgada en el cierre del segundo parcial (25-16). No obstante, Rusia recompuso su línea en el segmento siguiente y recuperó la ventaja, pero Francia pudo solucionar sus problemas de recepción y volvió a emparejar el resultado, en gran parte, por la tarea de Antiga, bien acompañado por Luc Marquet en ese lapso. Pero en el tie break a los rusos nos les tembló el pulso y marcaron diferencias desde el comienzo con las agigantadas figuras de Koulechov y Iakovlev, responsables de puntos decisivos que marcaron a fuego el rumbo definitivo del encuentro. (Télam)
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