El presidente Eduardo Duhalde aseguró ayer que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) está listo "en un 80 por ciento", y sostuvo que la demora se debió a la negativa de su gobierno de "aplicar políticas de ajuste" como exigía el organismo crediticio multilateral. "Con 400 mil personas en la calle no era posible no devolverle la plata a quienes le sacaron el 13 por ciento -estatales y jubilados- ni dejar de otorgar el aumento de 100 pesos", indicó Duhalde. El presidente y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, salieron ayer al ruedo con un mensaje que busca reforzar el debilitado poder político de la actual administración. La Argentina no le dará "un sí fácil" a los requerimientos del FMI pese a que considera de "vital importancia" llegar a un acuerdo con ese organismo, dijo ayer Lavagna. Esto es así porque no quiere asumir compromisos que "sirvan para firmar y luego, rápidamente, se transforman en incumplimiento", agregó el titular de la cartera económica. A modo de anécdota Lavagna recordó que el último incumplimiento de la Argentina, uno de más de una larga serie en materia de acuerdo con agencias multilaterales de crédito, ocurrió a sólo dos meses de haber firmado un acuerdo, en la segunda mitad del año 2000. Duhalde también aprovechó sus anuncios para insistir una vez más sobre la ineficiencia de las políticas que recomienda el FMI. Al respecto, aseguró estar "convencido de que las políticas de ajustes estructurales derivadas del consenso de Washington no dieron resultados", y afirmó que "en vez de integrar a la Argentina en el mundo, la está desintegrando, y estamos participando cada vez en menor grado del comercio internacional". Sin embargo, afirmó que el acuerdo está logrado en un 80 por ciento, y precisó que "el 20 restante responde a temas técnicos, monetarios y fiscales que restan definir".
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