Año CXXXV
 Nº 49.626
Rosario,
miércoles  09 de
octubre de 2002
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Un misterio a develar
La farmacología y la psicoeducación modificaron el pronóstico de la enfermedad psíquica

La esquizofrenia es una enfermedad producida por una alteración del funcionamiento cerebral. Afecta al 1% de la población mundial y se presenta con dificultades para distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. Esto deviene en pensamientos ilógicos y comportamientos extraños", explicó el psiquiatra Alberto Bertoldi miembro de la Fundación Contener, una organización no gubernamental que vela en defensa de los enfermos mentales.
La enfermedad afecta la atención, la memoria, la conversación y la manera de relacionarse. Tiene una evolución crónica, con episodios de agravamiento o "brotes", iniciándose generalmente entre los 15 y 25 años.
Bertoldi aseguró que el avance de los psicofármacos produjo "una notable mejoría en la calidad de vida de los pacientes". Apuntó además que en la década del 50 el diagnóstico "era una sentencia al deterioro y a la exclusión, mientras que hoy el paciente esquizofrénico puede reinsertarse a la vida social, tener un trabajo y establecer vínculos".
Los fármacos actuales permiten controlar los síntomas de la alucinación y el delirio, la apatía, falta de voluntad y continuidad e imposibilidad de proyectar junto con las alteraciones cognitivas en la atención, la memoria y la percepción.

Psicoeducación
La psicoeducación como una herramienta terapéutica fue el tema que convocó a numerosas organizaciones dedicadas a la salud mental de todo el país al encuentro organizado por la Fundación Contener, realizado recientemente en Buenos Aires y al que la La Capital tuvo acceso.
En el concepto confluyen conocimientos, habilidades, técnicas y destrezas que el paciente, sus familiares y la sociedad incorporan para enfrentar las vicisitudes de la enfermedad.
Tanto la farmacología como la psicoeducación cambiaron el pronóstico de la esquizofrenia. "Actualmente las personas que la padecen trabajan y tienen sus obligaciones, a la vez que reconocen sus límites, de la misma forma que un enfermo cardíaco no puede correr una maratón", añadió Bertoldi. "Y esto no es todo -agregó-, hasta algunos se animan a dar su testimonio públicamente para ayudar a otros en recuperación", concluyó.



La pscicoeducación es una herramienta terapeútica.
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