"La gente no nos genera ningún tipo de presión. Nos empuja y se siente identificada con el equipo porque en cada pelota entregamos el corazón. Es muy complicado medir si la gente gana tantos. Ellos no le pegan a la pelota, pero alientan constantemente. Se sienten como uno de nosotros dentro de la cancha. Nos hacen dar un salto 5 centímetros más alto o llegar a esa pelota inalcanzable. La gente hace eso. Después si la tirás afuera es culpa nuestra, no de ellos". Firmado: Javier Weber.
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La Ciudad
