Río de Janeiro. - Brasil no se atrevió a girar a la izquierda el domingo durante la primera vuelta de la elección presidencial y la segunda ya anuncia un futuro gobierno más moderado a causa de las alianzas, incluso si Luiz Inacio Lula da Silva gana el 27 de octubre, como indican todas las previsiones. Los 115 millones de brasileños que hubieran podido elegir en manera directa a Lula a la presidencia "retiraron el pie del acelerador y frenaron para pensar un poco más, hasta el 27 de octubre próximo", estimó el analista Alexandre Garcia. "Lula, quien pudo ganar en el primer turno, se verá más limitado a la hora de formar gabinete. Una segunda vuelta supone establecer compromisos con otras personalidades o formaciones políticas", pronosticó Zuenir Ventura, analista política y editorialista. "Por otro lado, una segunda vuelta también implica un debate suplementario de tres semanas sobre los grandes problemas del país", agregó. "Los va a obligar a definir mejor su posición", afirmó Otavio Amorim Neto, analista político de la Fundación Getulio Vargas. Según él, Lula y Serra tenían "prácticamente el mismo discurso", prometieron crear millones de empleos, respetar los compromisos de Brasil con el FMI, becas de estudio para los pobres, etc, y ahora todo se jugará "en su capacidad de convencer a los electores y de ser más precisos sobre sus programas", agregó. "Lula tiene la ventaja de ser el favorito", señaló. Pero los analistas ya prevén una batalla muy dura en el segundo turno. (AFP)
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