Un grupo de las 51 reclusas alojadas en la cárcel de mujeres protagonizó ayer una revuelta que incluyó la quema de un colchón y la rotura de algunos vidrios, pero que fue controlada un par de horas después de iniciada y mediante el diálogo con las autoridades del Servicio Penitenciario Provincial (SP). Todo se inició poco antes de las 14 cuando las carceleras de guardia sorprendieron a "una 4 o 5 internas que con una pequeña lima intentaban aserrar un barrote", dijo un vocero del SP que a la vez consideró que "esas presas son de pésima conducta y permanentemente generan inconvenientes". Al ser advertidas y retadas por la situación, "las internas reaccionaron e intentaron agredir al personal. A una de las carceleras le tiraron en el cuello agua caliente pero por suerte no sufrió graves quemaduras", comentó el vocero. Asimismo, las detenidas "prendieron fuego a un colchón que apoyaron sobre una de las ventanas exteriores provocando serios daños, rompiendo los vidrios y provocando que los acrílicos que hay en el lugar se derritieran", dijo la fuente. Al lugar llegaron las máximas autoridades del SP, Arturo Gandolla y José Garaffo, quienes tras "un tenso diálogo" con las prisioneras lograron que depongan la actitud poco después de las 16. "No se puede calificar como un intento de fuga, pero fueron sorprendidas tratando de limar un barrote", dijo el vocero que habló con este diario.
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