El Papa Juan Pablo II canonizó a José María Escrivá de Balaguer, el polémico fundador del Opus Deis ante una de las mayores concentraciones jamás vistas en el Vaticano. Más de 200 mil peregrinos sobriamente ataviados de 80 países abarrotaron la plaza de San Pedro y las calles y plazas de los alrededores para la ceremonia.
"Declaro santo al beato José María Escrivá de Balaguer y le incluyo en los anales de la santidad", dijo el Papa, quien pidió a los fieles que siguieran los pasos de Escrivá y buscaran a Dios en su vida diaria. Escrivá es el santo 468 nombrado por Juan Pablo II, que ha canonizado a más personas que todos sus predecesores de los últimos cuatro siglos juntos.
Escrivá fundó en 1928 el Opus Dei, en España, un movimiento que actualmente cuenta con 1.800 sacerdotes y 84.000 numerarios en todo el mundo, muchos de ellos de clases profesionales. Una de las premisas del nuevo santo fue que los católicos que podían alcanzar la santidad en su vida cotidiana.
Un santo controvertido
En los años transcurridos desde la beatificación -el último paso hacia la santidad- de Escrivá en 1992, el Opus Deis ha sido acusado de tener una agenda peligrosa, secreta y fundamentalista.
El grupo parece que se ha abierto al exterior poco a poco e incluso algunos de sus críticos han reconocido esta apertura. Sin embargo, uno de sus numerarios ha publicado un libro en el que compara el movimiento con el culto a la personalidad y advierte a otros de que no se sumen al grupo.
La figura del fundador, sin duda el español que más ha influido en la Iglesia Católica del siglo XX, no deja tampoco de ser polémica. Para sus simpatizantes, era un visionario y un precursor del Concilio Vaticano II, mientras que ex miembros del Opus aseguran que Escrivá tenía un pésimo carácter, que vivía apegado a la riqueza y que tenía grandes aires de grandeza.
Parte de la controversia en torno al Opus Dei es que, pese a que sus numerarios no son sacerdotes y tienen trabajos normales, algunos de ellos adquieren compromisos similares a los votos de sacerdotes y monjas.
Pero los miembros numerarios del movimiento creen que no se los entiende. Ayer, la naturaleza conservadora y serena del Opus Deis se hizo evidente a medida que miles de personas, principalmente hablantes de lengua castellana, emprendían el camino hacia la plaza de San Pedro. El tono fue totalmente diferente al mostrado por los peregrinos que acudieron en junio a la canonización del padre Pío, celebración dominada por la presencia de fuegos artificiales, vendedores ambulantes y algarabía.
Escrivá murió en 1975 y en 1992 fue declarado beato de la Iglesia, en un tiempo récord debido principalmente a la modernización del proceso de santidad por parte del Pontífice. Juan Pablo II ha mostrado sus simpatías por el grupo y el portavoz del Papa, Joaquín Navarro-Valls, es quizás uno de los miembros más conocidos del movimiento. (Reuters)
La Ciudad
