Año CXXXV
 Nº 49.624
Rosario,
lunes  07 de
octubre de 2002
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El vicejefe de Gabinete dijo que el acuerdo con el Fondo está "más cerca"
El gobierno ratifica que no usará reservas para pagar a organismos
Amadeo confirmó que se postergará el pago del miércoles al Banco Mundial. "No es un capricho", aseguró

El vicejefe de Gabinete, Eduardo Amadeo, afirmó ayer que el acuerdo en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) "está más cerca", aunque ratificó que el gobierno no utilizará las reservas para pagar vencimientos de deuda con los organismos internacionales.
El funcionario señaló que luego del viaje del ministro de Economía, Roberto Lavagna, a Washington, se abrió un proceso de discusión que llegó a un punto "de acercar y limar diferencias". Esto es lo que estarían haciendo en EEUU los técnicos del Palacio de Hacienda que trabajan para redactar el texto de un preacuerdo que pueda ser consensuado por los distintos poderes y niveles del Estado en Argentina.
La firma de ese acuerdo permitiría postergar vencimientos de deuda que Argentina no puede pagar, a excepción de que utilice las reservas. El gobierno ya anticipó que no cancelará un vencimiento de 250 millones de dólares con el Banco Mundial, previsto para esta semana, debido a que se acogerá a un mecanismo de prórroga automática por 30 días.
Para Amadeo, "no se trata de una posición caprichosa, tenemos 9.400 millones de dólares de reservas y 9.700 millones de vencimientos". Por eso, señaló que "hay que encontrar un camino que impida el peor de los mundos, que sería ir pagando e ir secándonos de reservas".
El gobierno decidió no cancelar el 9 de octubre el cupón de un bono emitido en 1999 por 250 millones con garantía del Banco Mundial, con quien correrá un nuevo plazo hasta el 9 de noviembre para no entrar en mora. Para esa fecha, se espera acordar con el FMI una reprogramación de los vencimientos. De no conseguirlo, la marcha de la actual política económica podría dar un brusco giro.
Un escenario es pagar con las reservas y desarmar la red de seguridad para mantener al dólar relativamente quieto, lo que a su vez alentaría una corrida especulativa sobre el peso. El otro escenario es el del default con los organismos internacionales, que podría dar lugar a sanciones económicas y y aun reagrupamiento de las fuerzas económicas y políticas que perdieron poder de negociación cuando se recobró cierta tranquilidad económica hacia mediados de año.
Una tranquilidad que el vicejefe de Gabinete tradujo ayer como el inicio de una etapa de "estabilidad económica". A su entender, un ejemplo de ello es el dinero liberado del corralito que los ahorristas decidieron dejar en los bancos.
Amadeo ratificó que el objetivo del gobierno del presidente Eduardo Duhalde es dejarle a la próxima administración una economía "estable" y con "mejores horizontes" que la recibida por el primer mandatario a principio de año.
La pregunta es cuán sostenible es esta estabilidad sin acuerdo con el FMI. El último informe de la Fundación Capital estimó que, luego de un primer tramo del año caótico, el Banco Central comenzó a mejorar la situación de las reservas en las primeras tres semanas de agosto, a partir de "un manejo prudente de la política fiscal y monetaria, la decisión presidencial de acordar su mandato y una mejor predisposición del FMI a cerrar un acuerdo".
Esta situación llevó, según los analistas de la entidad que conduce Martín Redrado, a que la autoridad monetaria acumulara 30 millones de dólares diario y abriera un período de tres meses de relativa calma cambiaria.

Guerra de poderes
Pero la posibilidad de un acuerdo con el FMI se alejó a partir de la aprobación de la ley que obliga a las casas matrices de los bancos extranjeros a responder por sus sucursales en Argentina, más la norma que obliga a restituir el 13% de recorte salarial en el sector público y la amenaza de redolarización de depósitos a partir de un fallo judicial.
Todo eso, según la Fundación Capital, obligó a reforzar los controles cambiarios de manera de evitar pérdida de reservas.
La entidad sostiene que "a casi un mes de este cerrojo de manera coercitiva, el Banco Central pudo nuevamente contar con una ganancia de divisas superior a los 20 millones de dólares diarios".
La disputa entre los poderes del Estado es una de las principales causas por las cuales no se cierra un acuerdo con el Fondo que permita la postergación de vencimientos de deuda y asegure una transición con cierta estabilidad.
Un ejemplo de que se trata de una batalla desigual lo dan los números de los primeros meses del año. Según señalan los economistas de la Fundación Capital, "a pesar de los 11 mil millones de dólares de superávit comercial en los ocho meses de 2002, un nivel récord, las reservas internacionales cayeron 5.444 millones de dólares".



Amadeo cree que se llegó al punto de "limar asperezas".
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