La presión de los 250 mil ahorristas en títulos públicos argentinos que quedaron atrapados en el default de la deuda pública viene complicando una estrategia en principio generosa del país peninsular en apoyo al país para que salga de la crisis. Además de cortarse el acceso a una de las escasísimas líneas de crédito internacional que se venía gestando a pesar del cerco creado por la falta de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, organismos de comercio exterior del país europeo vienen poniendo trabas a las exportaciones provenientes de la Argentina. "Hoy resulta imposible conseguir que te abran una carta de crédito en Italia, lo cual complica enormemente las transacciones", dijo a La Capital un hombre de negocios de la región que coloca alguna cuota de su producción en Europa. La decisión de la Justicia romana pone en duda también la concreción de una línea de créditos por 75 millones de euros para las empresas argentinas. Si bien el fallo involucra apenas 1,4 millón de euros, porque se trata de sólo un pequeño grupo de ahorristas, es un caso testigo para que los otros 250 mil damnificados obtengan un pronunciamiento similar. Los créditos del gobierno italiano habían sido difundidos por los medios de prensa la semana pasada y la inscripción se extenderá hasta el 31 de octubre próximo. En medio de la generalizada sequía financiera por el derrumbe de los bancos, este plan prevé asistir a las empresas para que compren equipamiento industrial de manufacturas, materias primas, insumos básicos para la producción, gestión de patentes y servicios de consultoría. Estos créditos tienen un plazo de devolución de 10 años, con un plazo de gracia de hasta tres años como máximo, y una tasa estimada en el 5,2 por ciento anual. El préstamo se brinda y debe ser devuelto en euros y los montos de las asignaciones van de 25 mil a 2,5 millones de euros. Tienen prioridad los proyectos que favorezcan la creación de puestos de trabajo, que se desarrollen en zonas con altos índices de desempleo y que utilicen materias primas locales. Para acceder al financiamiento hay ser una micro, pequeña o mediana empresa, incluidas las cooperativas, con no menos de tres años en actividad. En el caso de empresas ítalo-argentinas, las empresas madres también deberán tener cuando menos tres años de antigüedad y la participación minoritaria en el emprendimiento no debe ser inferior al 15 por ciento.
| |