Juan José Ramírez sabe que en su casa lo que menos sobra es dinero. Por ello, con tal de ahorrar una moneda acepta -junto con sus hijas- cualquier desafío, hasta el de reparar el motor de su camión. En una ocasión lo sacó para arreglarlo y como el trabajo le iba a llevar unos días, decidió ingresarlo a su casa. Luego de algunas jornadas, el equipo culminó la ardua tarea de reparación, pero tropezó con un pequeño detalle. No podían mover el pesado motor para volver a colocarlo en el camión y tuvo que contratar un guinche para poder hacerlo. "Hice como el loco ese que construyó la casa con el carro adentro", recuerda con humor.
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