| | Análisis Elecciones: un nuevo riesgo agropecuario
| Susana Merlo
Cuando se habla de producción agropecuaria y de los "beneficios" que está recibiendo de esta política económica, poco o nada se tiene en cuenta el riesgo de esta actividad. Incluso, cuando se insiste con la "especulación" del campo, "sentado" sobre los granos o la hacienda. Nada se aclara acerca de la falta de financiación que hay, y que justamente el grano es uno de los pocos recursos que tiene el sector. ¿O acaso el sistema bancario no está en tela de juicio por la inseguridad que generó a partir de la restricción para la utilización del dinero propio? Pero los riesgos y las alteraciones de las reglas de juego van más allá. Se acaba de "re-poner" en marcha el controvertido Ministerio de Producción, "inaugurado" por el tristemente célebre (para los productores agropecuarios) José Ignacio De Mendiguren. Tras su renuncia, la dependencia fue desarticulada y ahora puesta en marcha nuevamente para "respaldar la producción industrial". ¿Y el sector agropecuario e industrial dónde quedan? Parecería evidente, según esto, que en los primeros niveles del gobierno el único rol que le asignan al campo y a sus industrias, es el de "pagador de impuestos", y eso parece bastante poco para el único sector que sigue aportando divisas, alimentos comparativamente baratos para consumidores con cada día menos poder adquisitivo, y algún movimiento económico en casi todo el país, ya que el resto de las actividades, según los principales indicadores, están casi paradas. Pero si de riesgos se trata, el campo está invirtiendo en este momento todo lo que tiene, para obtener una nueva cosecha 2002-2003, cuya porción más importante -los granos gruesos- se obtendrán cuando prácticamente ya haya otro presidente. ¿Cuáles serán entonces las reglas de juego? ¿están los candidatos clarificando sus posiciones y anunciando qué piensan hacer? Si a esto se agrega el cambio de gobierno que se producirá en Brasil, el principal cliente de la Argentina, el panorama es más complejo. La devaluación real ya está generando inconvenientes en producciones locales como cerdos y pollos. La realidad hoy es que la producción apunta a ser menor, la devaluación no sirvió para favorecer las exportaciones como se pregonaba e enero pasado y las ventas al exterior siguen cayendo, como lo demuestran los datos oficiales.
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