Seis policías quedaron ayer detenidos e incomunicados por el caso de triple violación denunciada en la comisaría 1ª. Las imputaciones son, hasta ahora, las mismas para los seis uniformados. Todos ellos rechazaron las acusaciones y se negaron a hablar.
Los apellidos de los tres hombres que aparecen en situación más complicada son Morales (oficial ayudante), Ibarra (oficial subayudante) y Canelo (suboficial que revista con el grado de cabo). Dos de ellos quedaron severamente comprometidos a partir de lo que una testigo, oficial de policía, ratificó ayer en sede judicial.
El juez Adolfo Prunotto Laborde no distinguió formalmente entre los autores de la violación y los que cometieron otras graves irregularidades aunque no participaron de la agresión sexual. Para eso será decisiva una medida prevista para el martes. Ese día la adolescente que denunció el hecho, de 16 años, intentará individualizar a sus presuntos violadores en una rueda. La chica ampliaría entonces, además, su primera declaración judicial.
Ayer a la mañana los detenidos negaron las acusaciones y después guardaron silencio valiéndose de la posibilidad de no declarar. Fueron llegando de a uno al juzgado y tras completar el trámite formal de la declaración el juez les informó que quedaban bajo arresto. Después fueron trasladados hacia la alcaidía de los Tribunales y desde allí a un sitio no identificado.
El abogado de los policías, Luis Laporte, dijo que las imputaciones genéricas "seguramente" tienen el objetivo de dejar detenidos a todos porque salvo la violación, los otros delitos son excarcelables. Se los acusa de privación ilegítima de la libertad (la chica dijo que fue retenida contra su voluntad en la seccional), amenazas coactivas (denuncia que fue intimidada para no revelar lo ocurrido), tentativa de cohecho (le habrían exigido dinero para liberar a su amigo detenido) y falsedad ideológica (no se asentó en el libro de guardia el ingreso de ambos a la seccional).
Un aporte que se interpretó como valioso para aclarar los hechos lo hizo ayer la oficial Mirtha del Valle Gallardo, que es jefa de la custodia del Concejo Municipal. Donde realiza servicios adicionales el sargento Oscar Olmedo, quien la noche del 26 de julio, día de las violaciones denunciadas, detuvo a un chico que estaba con la adolescente. También hace adicionales allí el cabo Canelo.
En partes iguales
Gallardo había narrado en sede policial, según fuentes de su propia fuerza, que el 26 de julio a la mañana el sargento Olmedo le contó que había detenido a dos chicos y que al varón le sacó dinero y un revólver calibre 32. Que luego llegaron a donde estaba -sería la esquina de 1º de Mayo y Tres de Febrero según otros testigos- el oficial Morales y el cabo Canelo. Que les exigieron el reparto de lo que le había sacado al chico. Según Gallardo, Olmedo les dio a ellos el arma y conservó el dinero.
La oficial Gallardo comunicó a su superioridad, entonces, que Olmedo había abandonado sin causa el servicio en el Concejo, contrariando órdenes escritas de no salir de ese cuerpo. Y que este sargento luego la presionó para que ella "se olvidara" de todo lo que le había contado con la presumible intención de que nadie se enterase de por qué había salido del Palacio Vasallo. Parece razonable: ahora Olmedo está preso por robo a mano armada. Sería, según la presunción judicial, el policía de civil que el testigo Hernán Anillo vio interceptar desde su auto particular a la pareja, para luego tirar al suelo al chico, ponerle un pie en la nuca y apuntarle con un revólver a la cabeza.
Gallardo aseguró también que había dialogado con el cabo Canelo sobre lo ocurrido la madrugada del 26. Y que su conducta fue idéntica a la del sargento Olmedo: le pidió que borrase el tema de su cabeza.
Después de las detenciones de ayer no se esperaba que se produjeran nuevas medidas por lo menos hasta el lunes. Para el martes están citados otros dos policías. Uno de ellos es el ex jefe de la comisaría, Alfredo Portaguardia, y otra es una mujer que también se desempeñaba en la dotación de la seccional.
La denuncia que la adolescente radicó el 5 de septiembre pasado precisa que cuando llegó a la comisaría permaneció esperando a su amigo detenido por robo en la sala de guardia. Dos policías, según dijo, la convocaron para requerirle que llamara a la madre del chico y le pidiera "200 pesos" a fin de liberar al menor. Pasadas las 5 de la madrugada, cuando se retiró la única mujer policía del tercio de servicio, un policía la llevó a una habitación del fondo de la seccional, donde no accede el público. Allí, aseguró, fue violada por tres uniformados a los que describió en detalle, en el lapso de una hora.