La Empresa Provincial de la Energía (EPE) detectó que los locales del coqueto complejo comercial Villa Margarita (Córdoba 7901), en pleno barrio residencial de Fisherton, están colgados de la luz. En igual situación se encontró a dos salones del restaurante Petra. Así lo denunció el subinterventor de la EPE, Sebastián Chiola, quien aseguró que "uno de cada cuatro usuarios no paga la energía que consume" y que esto representa una pérdida global del 25 por ciento en la facturación de la compañía. El funcionario apuntó así que no sólo familias de barrios carenciados roban energía, sino que también lo hace "un sector de clase media para arriba". "Es un hecho inadmisible, porque no son personas que no pueden pagar, sino que lo hacen como deporte", remató.
Lo cierto es que la empresa incrementó en las últimas semanas los controles para detectar a los enganchados. Fue anteayer que personal de la EPE, junto efectivos de la policía y escribanos públicos, realizaron una inspección en el complejo comercial Villa Margarita y detectaron que siete de los diez locales se encontraban en situación irregular.
La puerta del centro comercial estaba cerrada con un candado accionado con clave numérica, que demoró su apertura por parte de los operarios. Luego se interrumpió la energía eléctrica en toda la galería, pero la luz continuó sorpresivamente encendida en los locales 1, 2, 9, 10, 11, 12 y 15, según señaló el jefe de la sucursal Rosario de la compañía, Raúl Stival.
"El robo más burdo y grotesco que se presenta es el del usuario que está enganchado. Y en esos casos, no se trata de un hurto simple, sino que es una defraudación", advirtió Stival.
Pero como si fuera poco, la empresa de energía ya presentó ante la Justicia una denuncia contra el restaurante Petra, tanto del local de Oroño y Jujuy como del salón de Pellegrini y Corrientes. En este caso, el subinterventor de la EPE aseguró que "se trata de un fraude muy violento" y explicó: "Son grandes clientes que tenían un tablero especial y nos estaban sustrayendo entre 20 mil y 25 mil kilovatios mensuales".
Así, ahora estos usuarios clandestinos tendrán que pagarle a la empresa toda la energía que consumieron y que nunca abonaron. "Es un débito por fraude que deben abonar estos locales. Y se calcula en base al promedio histórico de consumo", explicó Stival.
Es más, en adelante la empresa de servicio eléctrico firmará un contrato con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para llevar adelante una campaña antifraude tanto en Rosario como en Santa Fe. "Hay que cambiar esa concepción de que es fácil robarle energía a la EPE. Por eso, la UTN nos brindará mano de obra para el control y la detección de irregularidades", apuntó el jefe de la sucursal Rosario.
Una pérdida del 25 por ciento
Stival aseguró en este contexto que "uno de cada cuatro usuarios no paga la energía, lo que significa una pérdida del 25 por ciento de la facturación global". Pero para sorpresa de muchos, no son sólo los carenciados los que se cuelgan del servicio eléctrico, sino sectores medios, locales comerciales, industrias y grandes clientes.
El funcionario no sólo contó que "hay negocios enganchados que tienen enormes equipos de aire acondicionado", sino que además aseguró que "la mayoría de los ladrones pertenecen a las capas medias".
Y como si fuera poco, Stival detalló: "Del 25 por ciento de energía que nos roban, una tercera parte está localizada en los barrios carenciados y zonas marginales de la ciudad. Pero el resto (el 70 por ciento) proviene de comerciantes y familias que pueden pagar el servicio y que consideran que es más fácil robarlo".
Los funcionarios de la EPE recordaron que "la empresa dispuso tarifas sociales, y a mucha gente se le permite pagar en cuotas". Aunque aclararon que "no hay flexibilidad posible con los clientes que sabemos que pueden pagar".
Si bien por ahora la empresa está focalizando los controles en los comercios, Stival adelantó que "en poco tiempo las inspecciones se extenderán a los clientes residenciales, donde se sabe que existen irregularidades importantes".