Santa Fe. - En un inequívoco gesto político y sin avisar a los medios, el gobernador Carlos Reutemann fue ayer por la mañana al Arzobispado para presentar sus saludos al flamante administrador apostólico, monseñor Moisés Blanchoud, reemplazante interino de Edgardo Storni. En tanto, algunas versiones señalaban ayer que el ex arzobispo podría encontrarse en alguna quinta cercana a esta ciudad, propiedad de un reconocido abogado del foro local. Algunas fuentes afirman que habría retornado de Roma vía Uruguay, y desde allí por tierra hasta Santa Fe, evitando de esta manera cualquier contacto con la prensa.
El gesto de Reutemann implica un reconocimiento a las difíciles funciones que debe cumplir Blanchoud en la conflictuada Iglesia santafesina. Al respecto, éste comentó a La Capital que el propio gobernador se comunicó telefónicamente con él y fue hasta el Arzobispado -a una cuadra de la Casa Gris- cerca del mediodía de ayer. El administrador apostólico manifestó que la reunión fue muy cordial. "Nos transmitimos nuestros mutuos augurios, porque yo nunca había tenido la posibilidad de saludarlo, e intercambiamos algunas palabras, nada más".
En tanto, medios periodísticos no descartaban ayer que Storni se encuentre de regreso y esté alojado en una casa quinta en algún distrito cercano a Santa Fe. Pero tanto Blanchoud como otros sacerdotes consultados por este diario manifestaron no saber dónde está; incluso su reemplazante calificó de "improbable" la versión.
Faltante en las colectas
En otro orden, el contador Miguel Angel Benvenutti, ex administrador del Arzobispado, se puso a disposición del juez Julio César Costa, quien tiene a su cargo la causa abierta para determinar si hubo dolo durante la gestión de Storni en relación con la colecta Más por Menos. Trascendió en Tribunales que es factible que el magistrado reciba hoy al profesional, ya que ayer no pudo concurrir por una ligera indisposición.
Benvenutti formó parte del Consejo para Asuntos Económicos de la Arquidiócesis de Santa Fe y sus aportes podrían facilitar el desarrollo de la causa abierta por Costa a partir de una presentación del presidente del Concejo, el radical Darío Boscarol para que se investigue si hubo delito en torno a esa colecta.
Pudo saberse además que el juez requirió al Arzobispado un mayor aporte de documentación sobre el referido óbolo, en los nueve años comprendidos entre 1991 y 1999. En tal sentido se indicó que Costa desea contar con un detallado informe sobre el desenvolvimiento del dinero recaudado en dicho período. Cabe referir que la diferencia que se denuncia es del orden de los 150 mil dólares (o pesos convertibles).
El origen de la denuncia parte de presuntas comprobaciones efectuadas por el sacerdote Sergio Capocetti, actualmente párroco de Cañada Rosquín y San Martín de las Escobas. El joven cura le confirmó ayer a La Capital que analizó el tema en 2000, tras haber recibido comentarios sobre el tema y que encontró las diferencias entre los balances de la colecta ofrecidos por la Conferencia Episcopal Nacional con las propias publicaciones del arzobispado local que, recordó, "fueron distribuidas en parroquias y colegios de la arquidiócesis".
Al efectuar la comprobación del presunto faltante, Capocetti escribió a monseñor Cipriano García Fernández, arzobispo de Cafayate, por ser el responsable nacional de la colecta, y lo puso al tanto de los hechos. En 1999 Storni ordenó remitir una partida de 30 mil pesos a la Conferencia Episcopal que habría reclamado por el faltante.
Consultado ayer por este diario, Capocetti manifestó que le "llamaba la atención" que los integrantes del Consejo y el propio administrador no hubieran advertido esas diferencias "porque el balance es firmado por esos integrantes y llega a todos". También recordó que los balances fueron aprobados por el Consejo para Asuntos Económicos antes de que lo hiciera el entonces arzobispo de Santa Fe.
"¿Hasta dónde llegaba el desconocimiento de estos hechos entre (los integrantes del Consejo) el escribano Gonzalo Guzmán, el contador Julio César David, el doctor Luis Niel, el contador Benvenutti y el padre Alejandro Bovero (actual prefecto del seminario local)?", se preguntó Capocetti.
Ayer fue operado de cataratas el camarista Julio de Olazábal, razón por la cual la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Penal deberá demorarse unos días más para resolver el pedido de recusación del juez Costa reclamado por los ex vicarios Hugo Capello y Mario Grassi. En caso de prosperar, el caso sobre presunta coacción al padre José Guntern debe recaer en el juez Rubén Saurin, quien podría excusarse por los diversos vínculos familiares que lo ligan a sectores de la Iglesia santafesina.