Los círculos de maíz se caracterizan por el hecho de que esas plantas quedan torcidas, pero no dañadas. En ciertos diseños existen anillos sumamente angostos que rodean la imagen principal, siendo un rasgo sumamente difícil de falsear. No sólo eso, sino que las plantas quedan dobladas en direcciones opuestas o entrelazadas que forman varias capas. El misterio, según los expertos, apareció por primera vez en Australia en 1966, donde los vecinos de la provincia de Queensland descubrieron óvalos perfectos y sencillos cuya creación no podía atribuirse a la acción humana. Fue entonces que se los denominó "nidos de platillos" y pasaron a formar parte de los enigmas pendientes de la ufología. En agosto de 1980 se descubrieron los primeros diseños circulares cerca de Westbury, en la comarca británica de Wiltshire, famosa por su gran actividad de ovnis. En aquel momento, el investigador Ian Mrzyglod pensaba que se trataban de marcas producidas por el aterrizaje de platillos voladores, pero el físico Terence Meaden consideraba que los círculos de Wiltshire tenían un origen mucho menos dramático, siendo producidos por fuerzas eléctricas y torbellinos con forma de embudo que se producen en Gran Bretaña más que en ningún otro lugar en el planeta. En 1985, sólo había un total de 17 círculos de maíz; para 1990, la cifra superaba más de mil.
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