El océano Pacífico había sido su fuente de supervivencia hasta que los pescadores fueron obligados a arrodillarse frente a sus aguas azules y sus corazones fueron perforados con un cuchillo, en una ofrenda para Ni, el dios del mar.
En el hallazgo más grande de sacrificios humanos en América del Sur hasta la fecha, los arqueólogos han desenterrado los restos de 200 pescadores apuñalados hace 650 años en una playa de la costa central de Perú. "Este es el mayor sacrificio humano en escala documentado", dijo Héctor Walde, arqueólogo principal del proyecto Punta Lobos, sosteniendo un descolorido cráneo recuperado de una playa a 290 kilómetros al norte de Lima.
Según los arqueólogos, los pescadores fueron acuchillados a través de la clavícula, directo al corazón, en una gigantesca ceremonia de sacrificios humanos como una muestra de gratitud del reino chimú a su dios del mar, Ni, tras conquistar el fértil valle de los pescadores en el 1.350 después de Cristo.
Los restos de 107 cuerpos intactos fueron encontrados boca abajo con sus cabezas en dirección a las aguas del mar y sus manos atadas en las espaldas.
Walde muestra una pierna con un hueso agrietado y la carne ennegrecida en un extremo y asegura que el descubrimiento es importante porque confirma una teoría que por muchos años se sostuvo en testimonios y pinturas en templos o cerámicas: la de que muchas culturas de Perú practicaban grandes matanzas rituales.
"Es impresionante pensar que aunque han pasado 600 años aún se ve el dolor y la angustia que esta gente tuvo cuando murió y puede ser visto en los cadáveres", afirmó el arqueólogo.
Muchos de los cuerpos de los pescadores, que tenían entre 18 y 35 años de edad, fueron encontrados con la espalda arqueada, como contorsionados por los dolores de la muerte.
A pesar del paso del tiempo, los cuerpos han sido hallados en varios estados de deterioro, ya que algunos son sólo huesos con harapos mientras que otros están completos aún con pelos, músculos, e incluso las uñas de las manos.
Los cuerpos, dejados a la intemperie por los chimú y luego cubiertos por las arenas, no fueron acompañados de ricas ofrendas como sí lo eran las altas castas sociales en sus entierros sagrados.
Perú es un país conocido por una abundancia de culturas altamente desarrolladas y ahora desaparecidas, como la inca, que construyó la ciudadela de Machu Pichu, actualmente una de las mayores atracciones turísticas del mundo, y cuyas leyendas de inmensas riquezas en oro exaltaron a los españoles durante la conquista.
También es mundialmente conocida la cultura nazca, que hace 1.500 años dibujó grandes imágenes de pájaros y arañas sobre la arena, solamente visibles desde el aire, que algunos aseguran eran saludos a los extraterrestres.
Pero poco se sabía sobre los chimú, que fueron conquistados por los incas, pocas décadas antes de la invasión española en los 1530, y su trato con las culturas que conquistaron en sus 150 años de dominación.
En su apogeo, los chimú, conocidos como los metalurgistas más finos de Perú antes de la llegada española debido a que sus líderes llevaban anillos de oro y esmeraldas incrustadas en la nariz, controlaron unos 1.000 kilómetros de la costa del océano Pacífico.
"Esto confirma que los chimú tenían una larga tradición religiosa que incluía sacrificios humanos en sus ceremonias", afirmó Walde, quien agregó que conforme su imperio creció sus sacrificios también aumentaron.
Walde y su equipo de expertos se tropezaron con el hallazgo en 1998 mientras realizaban un estudio obligatorio de impacto arqueológico para un proyecto portuario de la mina de cobre y zinc Antamina. El hallazgo fue hecho público recientemente.
Al principio ellos pensaron que los cuerpos parcialmente descompuestos que encontraron en la playa, a 290 kilómetros al norte de Lima, eran parte de un cementerio ordinario como otros millares de sepulcros próximos. Pero al examinarlos dieron con algo sin precedentes.
Boca abajo y atados
"Los pescadores estaban boca abajo, sus manos atadas, algo para pensar que no era ningún entierro ordinario, era muy dramático", resaltó el arqueólogo.
Según Walde, los pies de los pescadores, algunos de los cuales también estaban atados, son las partes mejor conservadas de los cuerpos. Todos los cuerpos fueron encontrados con las rodillas dobladas y los pies para arriba y eso permitió que drenaran los líquidos orgánicos que contribuyen a la descomposición de la carne.
De los 200 pescadores encontrados, uno al lado del otro en la playa, 107 fueron recuperados intactos. Los otros habían sido mutilados por invasores y enterrados en una fosa común cerca del lugar, mientras que otros fueron destruidos por ladrones profanadores de tumbas.
Los arqueólogos dicen que los sobrevivientes a la invasión chimú, esposas, hijos de los pescadores muertos y ancianos, les hicieron ofrendas que pudieran usar en la próxima vida como jarrones con granos y licor e incluso redes de pescar.
Los arqueólogos también están esperando tomar muestras del ADN del pelo, la piel y los dientes de los pescadores para determinar, por ejemplo, si tienen relación con los actuales habitantes de Huarmey, una ciudad que vive de la pesca y que tiene unos 24.000 habitantes.
Usando esa información esperan identificar enfermedades hereditarias o rasgos físicos de los pescadores que habrían pasado de generación en generación.
"Hemos obtenido mucha nueva información pero hay algunos agujeros. Vamos a intentar taparlos con más investigaciones", afirmó Walde. (Reuters)