Jorge Salum / La Capital
"Yo vi a la chica. Estuvo todo el tiempo parada en la calle mientras los policías detenían a su amigo. Pero no fui el único testigo: hay por lo menos otras cuatro personas que vieron todo o al menos parte de lo que pasó esa madrugada en la esquina de 1º de Mayo y 3 de Febrero, a una cuadra de la seccional 1ª". El que habla es un testigo que puede resultar clave para probar la veracidad de los hechos narrados en una denuncia contra tres policías acusados de violar a una joven en la comisaría de Juan Manuel de Rosas 1350. Sin embargo, por ahora su testimonio es sólo periodístico ya que todavía no pudo declarar ante el juez que investiga el caso. Ayer quiso hacerlo y se presentó espontáneamente con un abogado, pero en el juzgado de Instrucción 14ª le pidieron que volviera mañana. Se trata de un muchacho de nombre Hernán que la madrugada del 26 de julio esperaba el trolebus y vio cuando una pareja de jóvenes abordaba un taxi. Enseguida llegó un auto particular y se cruzó delante de aquel vehículo. De allí bajó un hombre de civil y apuntó con un arma contra el chico. Después lo bajó, lo golpeó, lo obligó a tirarse al suelo, le puso un pie sobre la nuca y le apuntó a la cabeza, mientras la chica miraba impotente. El testimonio es valioso porque confirma la causa que llevó a la joven hasta la seccional 1ª. Según narró en su denuncia, allí la obligaron a llamar dos veces por teléfono a la madre de su amigo para pedirle 200 pesos como requisito para liberarlo. La existencia de esas llamadas ya fue confirmada por un informe de la empresa Telecom. Tal como afirmó la chica, se hicieron desde un locutorio y desde la propia comisaría. El viernes, el chico negó haber estado detenido en la 1ª e incluso dijo que no conocía a la denunciante de la violación. Pero fuentes de la investigación relativizaban la veracidad de sus dichos: admitir que estuvo en la seccional ese día era, para él, reconocer el presunto robo que lo llevó allí. Y al no estar asentado en el libro de guardia su ingreso no hubo acusación contra él. Ahora la aparición de un testigo otorga más verosimilitud al relato de la adolescente presuntamente sometida, que tiene 16 años. El relato de esta persona, que tiene un negocio muy cerca de la seccional, coincide casi puntillosamente con el de la chica respecto a lo que aconteció antes de que la condujeran a esa dependencia. El testigo no sabe si el policía pidió refuerzos y tampoco pudo ver si tenía un handy o un celular. Dijo que vio, en cambio, cuando otros dos policías llegaron en un auto particular a brindarle apoyo, uno de ellos portando un arma larga. Al ratito llegó un tercer policía, a bordo de un ciclomotor de color rojo o anaranjado. Entre los tres obligaron al chico a subir a un auto y arrancaron, presumiblemente hacia la comisaría. A la chica, en cambio, dos policías la llevaron caminando. El hombre dijo que en la parada donde él esperaba el trole había otra persona que vio lo mismo, y habló de la existencia de otros tres testigos: "El conductor del taxi que abordó la pareja y otros dos taxistas que llegaron enseguida y presenciaron todo". A la chica "se la llevaron dos policías, ambos son delgados, uno alto y uno bajo. Tenían un arma larga. No hubo personal femenino en el operativo", remarcó el testigo. En el juzgado de Prunotto prometieron escuchar mañana al testigo, que irá acompañado por el abogado Norberto Olivares. Voceros del magistrado también convocaron públicamente a las otras cuatro personas para que concurran a contar lo que vieron mientras preparan los reconocimientos en rueda de personas al que serán sometidos los policías de la comisaría 1ª ante la chica que denunció las violaciones.
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