Año CXXXV
 Nº 49.618
Rosario,
martes  01 de
octubre de 2002
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Howard Richards: "En EEUU los problemas corporativos son el lado positivo de la crisis"
El especialista sostiene que los escándalos dan la oportunidad de repensar el mercado

Patricia Martino / La Capital

"Los problemas corporativos son el lado positivo de la crisis actual". Con un tono optimista y alentador sobre el futuro de las grandes corporaciones estadounidenses en bancarrota, el abogado especialista en quiebras y reorganización de empresas Howard Richards habló con La Capital sobre los escándalos financieros que sacuden a Estados Unidos.
Enron, WordlCom, Tyco, Adelphia Communications y Merrill Lynch, son sólo algunas de las compañías sospechadas de inflar artificialmente sus balances, ocultar pérdidas, mostrar una falsa rentabilidad a sus inversores o fomentar el enriquecimiento desmesurado de sus directivos. Según Richards, quien visitó Rosario en el marco del II Congreso Internacional para la Educación, la Ciencia y la Cultura por la Paz, el problema de estas empresas es devolverles la confianza a sus inversores estableciendo un régimen más transparente en el que exista una mayor participación de la gente.
"Las quiebras dan una oportunidad de democratizar las empresas, la oportunidad para que con una manejo inteligente de la quiebra se logren buenos resultados. Cada compañía vale mucho más cuando está trabajando, cuando está en funcionamiento y los jueces que manejan las quiebras dan cuenta de ello y mantienen las empresas en operación para poder venderlas a mejor precio, para poder obtener más para los acreedores", remarcó el abogado.
Respecto al renombrado capítulo 11 de la ley de quiebras que protege a las empresas de sus acreedores, Richards explicó sus alcances: "Básicamente es un invento jurídico de los años 30, de la gran depresión mundial, la idea es que si se puede mantener el negocio con un cierto alivio cuando no tiene que pagar sus deudas se pueden obtener más ganancias. Además, la misma empresa debe proponer un plan de reorganización en donde tienen que pagar ciertas deudas prioritarias, como son los impuestos, y debe proponer un plan factible para el futuro. Con esto se salvan los empleos, algo de dinero para los accionistas, e incluso logran pagar dividendos a los acreedores generales. Creo que este sistema es, en general, deseable porque preserva algo que se va a perder si se pasa directamente a la liquidación, es un punto de entrada para buscar una economía que se base en la buena voluntad, en la cooperación y en la responsabilidad".
Sin embargo, la gran mayoría de las empresas no sobreviven. Según las estadísticas sólo las grandes empresas se salvan. "Las corporaciones revén las deudas antiguas que no pueden pagar y siguen con un nuevo criterio. Siguen con la buena voluntad de sus trabajadores, porque ellos también participan del futuro. Según el récord histórico un 80% de las empresas que inician el proceso de quiebra y la protección del capítulo 11 no logra sobrevivir y fracasa", destacó Richards.

Hacia un mercado cooperativo
No obstante, el especialista propone un cambio general para solucionar los problemas del mercado. "Estos escándalos dan la oportunidad de ir más al fondo y repensar el mercado. Este se ha visto en las ciencias económicas como una especie de máquina implacable, despiadada, pero creo que debemos pensar al mercado como un juego amistoso, la explicación correcta es la de Adam Smith. El hablaba de una simpatía entre los seres humanos, de un mercado para cooperar. Hay que buscar mercados responsables, donde haya transparencia y buena voluntad de todas los actores sociales".
En cuanto a los estrechos vínculos entre el gobierno de George W. Bush y algunas compañías, Richards dijo que se trata de una "ventaja propagandística". "No hay duda que hay lazos personales entre altos funcionarios del gobierno y las empresas que han tenido irregularidades, pero eso es más bien una ventaja propagandística". Las más altas esferas de la Casa Blanca estuvieron implicadas en dudosas maniobras, incluidos el presidente Bush y el vicepresidente Dick Cheney.
Finalmente, Richard propone la participación ciudadana para lograr el cambio. "En todo el mundo estamos volviendo a la situación de los años 30, que yo considero inevitable y esto lo leo como una crisis de la socialdemocracia, no del liberalismo. Vamos a ver un rol mayor del Estado en la economía. Regresamos a un planteo más socialdemocrático, pero solucionando los problemas del pasado y en esto tiene un rol fundamental la participación de los ciudadanos".



Richards es abogado especialista en quiebras.
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