Año CXXXV
 Nº 49.618
Rosario,
martes  01 de
octubre de 2002
Min 9º
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cartas
Docencia discriminada

Pienso que uno de los grandes problemas de nuestra época, si no el más grande, es saber encontrar el límite a cada una de las circunstancias que se presentan. Límite al bebé, cuando debemos decirle el primer no; límite al adolescente cuando ellos mismos, sin quererlo, lo reclaman; límite al adulto cuando debe respetar el derecho de los demás; límite al político para preservar la democracia. También es necesario poner límites a distintas situaciones cotidianas que, sobrepasadas en permisividad, llevan al colapso del que en cada caso resulta víctima de los hechos y explota ante "la gota que rebalsa el vaso". Soy docente de esta provincia de Santa Fe desde hace 23 años. Tuve escasísimas inasistencias en toda mi carrera motivadas por hechos extremos. Creo haber realizado mi tarea responsablemente como la gran mayoría de aquellos a quienes, movidos por una vocación, se nos endilga nuestra tarea como un sacerdocio y en pos de ello debemos actuar cotidianamente. No quiero destacar los eternos problemas y reclamos docentes, pero sí el más reciente, que se constituye en ese límite al que me refería anteriormente. Ante un problema de salud, que no motiva mi inasistencia al trabajo, debo realizarme una práctica médica. No sólo pierdo el presentismo ante una falta, cosa a la que los docentes ya estamos acostumbrados, sino que el médico al que concurro habitualmente a Rosario, no puede realizarla porque soy afiliada al Iapos en otro departamento de la provincia. ¿Los afiliados al Iapos de la provincia somos de primera y segunda categoría? ¿No todos podemos acceder a las nuevas tecnologías que nos proporcionan las principales ciudades de esta provincia? ¿Bomberos, policías, empleados de hospitales, porteros, maestros y tantos empleados públicos provinciales a quienes nos efectúan el mismo descuento no tenemos derecho a no ser discriminados y que "a dedo" nos envíen a la institución sanitaria que ellos consideran que nos corresponde? ¿Sería límite la situación o una vez más los docentes bajaremos la cabeza y cumpliremos con el tan mentado "sacerdocio"?
DNI 49.737.781


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