En unos días se presentará en sociedad la Asociación de Amigos del Parque Independencia, un nucleamiento que se propone como ejemplo de "una nueva modalidad de gestión" para mejorar el espacio urbano. En ella participan activamente los ex Guardazoos, hoy reunidos en la Agrupación Ecológica, que en abril pasado firmaron un convenio con la Municipalidad para desarrollan tareas vitales en el parque. Entre otras cosas, son los responsables del cuidado del laguito, los patos y gansos, de la limpieza y el mantenimiento de las fuentes del Jardín Francés y el Rosedal, en un trabajo en red con la Municipalidad y entidades privadas. "Esto es un ejemplo exitoso de que se puede", afirmó con orgullo el ex guardazoo Adrián D'Alessandro. Sin embargo, los logros de estos meses se opacan por un problema que no pueden controlar: los robos y destrozos que sufre el parque, el único espacio verde de Rosario que quedó fuera de los operativos especiales de vigilancia.
Cuando en marzo pasado ofrecieron su colaboración a la Secretaría de Servicios Públicos municipal para levantar la alicaída imagen del parque Independencia, los ex Guardazoos no esperaban la respuesta que obtuvieron. Su escepticismo se debía a desencuentros de larga data con el Ejecutivo por el destino del ex zoológico. Sin embargo, su propuesta le cayó bien al secretario Miguel Lifschitz.
Imágenes de abandono
Un mes y medio antes, el municipio había rescindido un conflictivo contrato con El Rocío SA, la firma que estaba a cargo del cuidado del parque por 10 mil pesos mensuales. En ese entonces, recuerda D'Alessandro, "el abandono era total: se morían los patos, las fuentes ornamentales no andaban, el lago de la Pérgola no tenía agua, donde había agua estaba podrida, se juntaban residuos y muchas luces no funcionaban".
Tras la firma de un convenio en abril pasado que les asignó 1.800 pesos mensuales por todo concepto, la Agrupación Ecológica puso manos a la obra. En poco tiempo logró restaurar los equipos de filtro y bombeo del laguito, encarar su limpieza diaria y profunda, realizar análisis del agua, prestar atención sanitaria y alimentaria a las aves, recuperar las otras fuentes del parque, pintar todo lo despintado y arreglar los reflectores subacuáticos que estaban fuera de uso.
Poco a poco, otros se fueron sumando. "Se empezó a armar una red muy particular entre personas y entidades interesadas en defender el lugar", recuerda D'Alessandro. Así, confluyeron en los proyectos la propia dirección del Independencia, Parques y Paseos, Obras Públicas, instituciones privadas (varias de ellas concesionarias), clubes, museos y la Cooperativa de Botes y Bicicletas Acuáticas. Hace unas semanas se sumaron 40 jefes de hogar que prestan servicio en la zona y a los que la agrupación provee insumos para sumarlos a la cruzada.
Pero la meta de la asociación no apunta solamente a impulsar al parque Independencia, junto al Monumento, como un "emblema" de Rosario. También aspira a servir de modelo para defender otros espacios de la ciudad. "La idea es generar proyectos en una nueva modalidad de gestión", dicen.
La inspiración fue una reacción ante la crisis económica de los últimos meses. "Nos dimos cuenta de que no podíamos pasarnos la vida confrontando, mientras todo se venía abajo", afirma otro miembro de la asociación, Adrián Orso.
Amenaza de robos y destrozos
Pero entre tantos logros y proyectos en marcha, como la puesta a punto de los relojes instalados en Pellegrini y 27 de Febrero por Oroño, enfrentan la amenaza constante de robos y destrozos.
Según cuentan los ex guardazoos y miembros de la cooperativa de boteros, los actos de vandalismo se vienen agravando desde hace poco más de un mes.
Prueba de eso fueron los robos del busto del mariscal Solano López, las cadenas y el busto del general Roca, y las placas de bronce en los monumentos a la Madre, Artigas, José Hernández, Beethoven y Garibaldi. También hubo arrebatos y aprietes a los visitantes.
"Están devastando el parque", se queja otro activo miembro de la asociación, también tesorero de la Cooperativa de Botes, Pedro Andrés. Por eso, reclaman a coro que se disponga "vigilancia uniformada en el lugar", el único de los parques rosarinos que, desde que el municipio dejó de pagar servicios adicionales a Gendarmería, quedó también al margen de los controles de Prefectura Naval por estar alejado de la costa.