Los niveles de degradación en algunos sectores son increíbles. Se llevan las planchas de protección de las bocas de tormenta, barandas, columnas enteras de alumbrado o durmientes. Debieron retirar tres estatuas ubicadas en cercanías del Museo Castagnino ya que una había sido aflojada. Ocho cajas de electricidad del Paseo del Caminante están abiertas sin sus cables. Una fuente antigua del Rosedal permanece enrejada para evitar que saquen ornamentos clásicos. En tanto, desde el Centro Asturiano solicitaron la devolución de placas de la plaza Principado de Asturias (un triángulo entre Wheelwright, Dorrego y Güemes). Hay más. Desapareció el busto en honor a Luis Braille. La ex estación Rosario Central se encuentra vallada para evitar que la vacíen. En al menos dos oportunidades, el aeropuerto de Rosario se quedó sin teléfono debido a la sustracción de cables de cobre en las adyacencias. Y un hecho resultó insólito hasta el hartazgo. Se trata de la extracción total de un galpón de avenida Francia y el río. Ni especialistas en armado y desarmado de estructuras hubieran podido hacerlo con tanta celeridad.
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