Atilio Pravisani / La Capital
Santa Fe. - La investigación del juez de instrucción Julio César Costa sobre la responsabilidad del Arzobispado de Santa Fe en una presunta malversación de fondos públicos -por más de 150.000 pesos provenientes de colectas anuales de Más por Menos entre los años 1891 y 1999- puede convertirse en un elemento judicial más contundente y efectivo contra monseñor Edgardo Storni que la labor sobre abusos sexuales que está desarrollando el juez Eduardo Giovannini, o la de coacciones violentas contra el padre José Guntern. La denuncia por presuntas maniobras fue presentada por el titular del Concejo, Darío Boscarol, y días después se sumaron revelaciones de varios sacerdotes exiliados en el interior de la provincia por discrepar con Storni, quienes denunciaron faltantes en las colectas Para Tierra Santa y Obolo de San Pedro, cuyas cifras entre 1990 y 2000 arrojaban unos 150.000 pesos que no habrían sido remitidos al Vaticano. La colecta Para Tierra Santa se realiza los Jueves Santos en todas las parroquias del mundo, sus fondos son reunidos en el Vaticano y se lo destina a las estructuras católicas del Medio Oriente, mientras que la Obolo de San Pedro es otra colecta mundial que también se destina a Roma y que se realiza el fin de semana más cercano al 30 de julio de cada año, destinándose a las necesidades del Papa cuando tiene que asistir a zonas de catástrofes. De acuerdo a lo manifestado por Boscarol a este diario, el juez ha solicitado todos los registros contables vinculados al tema y de no ser así ordenaría un allanamiento. Si bien en esta causa no se observa el vértigo desarrollado en las otras dos, se debe tener en cuenta que los peritos contables de la Corte Suprema se encuentran trabajando en una tarea que no es nada sencilla, y que el juez deberá también contar con los balances solicitados a la comisión episcopal que desarrolla la colecta nacional, ya que los presentados por Boscarol no son los originales. Al mismo tiempo, el juez Costa se propone citar al padre Sergio Capocetti, quien era vicepresidente de la colecta Más por Menos -y Storni su titular- y realizó la denuncia en 1999 ya que el sacerdote sería quien proporcionó la información de la cual posteriormente se hizo eco el concejal para realizar la correspondiente presentación judicial. "Si bien da la sensación de que se avanza a gran velocidad, tengo absoluta confianza en la tarea que está desarrollando la Justicia sobre este tema", señaló Boscarol a La Capital, y enfatizó en la necesidad de separar lo que es una decisión que corresponde a la Iglesia en relación a la renuncia de Storni con el esclarecimiento de las causas abiertas en sede judicial. "La dimisión de Storni no tiene por qué inhibir a la Justicia, ni debe convertirse en una vía de escape para eludir el esclarecimiento de hechos sobre los cuales la sociedad está reclamando conocer la verdad", sostuvo el presidente del Concejo. En cuanto al alejamiento del arzobispo, Boscarol dijo que aparece como sensaciones encontradas. "Por un lado da una suerte de alivio y de conformidad en la gente en cuanto a que Storni deje de ejercer sus funciones en Santa Fe, y por otro lado se puede percibir una frustración ya que eso también lo aleja de la posibilidad de ponerse a disposición de la Justicia", señaló. En cuanto a otras revelaciones que por el momento no llegaron a la sede judicial, hay quienes señalan que el hecho de la renuncia de monseñor Storni podría ahora producir un cambio en la actitud de aquellos sacerdotes descreídos de que la Justicia pueda caer sobre quien gobernó con mano dura a la Iglesia de Santa Fe.
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