Año CXXXV
 Nº 49.614
Rosario,
viernes  27 de
septiembre de 2002
Min 14º
Máx 28º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Algo especial para Argentina

El mítico estadio de Wembley, considerado para muchos como "La catedral del fútbol", que comenzó a demolerse anteayer para dejar paso a una nueva estructura que se construirá en el mismo lugar, tiene un particular significado para el fútbol argentino.
El último partido que se jugó en ese estadio, en febrero del 2000, fue cuando se enfrentaron, sin goles, los seleccionados de Inglaterra y Argentina, en la "primera era de Marcelo Bielsa" como parte de la preparación del equipo nacional que luego fracasaría en el Mundial de Corea-Japón.
Pero fue allí donde también deslumbró el ex arquero de Vélez Sarsfield Miguel Rugilo, apodado justamente "El león de Wembley", el 9 de mayo de 1951, cuando también se enfrentaron los seleccionados de ambos países.
Fue la primera vez que el imponente Wembley abrió sus puertas para recibir a un conjunto sudamericano y el entonces equipo dirigido por Guillermo Stábile fue derrotado 2 a 1, marcando el gol argentino Mario Boyé.
En el marco del Mundial de 1966, el 23 de julio de ese año, Argentina fue eliminada por Inglaterra en cuartos de final, al caer 1-0 con gol de Geoffrey Hurst, luego de que el árbitro alemán Rudolph Kreitlein expulsara al capitán Antonio Rattín, quien no tuvo mejor idea que retirarse de la cancha caminando por la alfombra destinada a la reina.
En Wembley, el seleccionado inglés se mantuvo invicto durante 30 años, hasta 1953, cuando perdió 6-3 ante Hungría (aquel de Grossiscs, Puskas, Czibor, Kocsis, Boszsik e Hidejkuti, entre otros) en un partido previo al Mundial de 1954 cuyo resultado causó sorpresa en todo el mundo. (Télam)


Notas relacionadas
Nace el nuevo estadio de Wembley
Diario La Capital todos los derechos reservados