Dos camioneros brasileños habían salido de la ciudad de San Pablo con un valioso cargamento de golosinas con destino a Santiago de Chile. El lunes ingresaron a Argentina y manejaron sin contratiempos hasta la autopista Santa Fe-Rosario. Apenas entraron a esta carretera fueron secuestrados por varios hombres encapuchados y pertrechados con armas de guerra, en la ciudad de Santo Tomé. Después de un largo periplo, los choferes fueron abandonados por los piratas del asfalto en la ciudad bonaerense de Zárate. A unos pocos metros, los transportistas encontraron los camiones, pero sin la carga valuada en 31 mil dólares. No tenían resto ni para un sandwich: les sacaron también 1.140 dólares, 4 mil pesos y 300 reales. Sidney Ribeiro, de 29 años, y Joao Luiz Puppin, de 31, habían salido desde la mayor ciudad sudamericana a bordo de dos camiones: un Volvo 664 y un Scania 112. Transportaban un cargamento de golosinas de la empresa Arcor. El destino de la mercadería era la capital trasandina y para llegar a esta ciudad debían atravesar varias rutas argentinas. Cerca de las 2 de la tarde del lunes, los dos conductores ya transitaban por la autopista Rosario-Santa Fe, cerca de la ruta 19, cuando fueron emboscados por varios hombres. Los maleantes, con sus rostros cubiertos con pasamontañas, se movilizaban en cuatro vehículos, un Citroën, dos Renault Trafic y una camioneta Ducato azul, y les cerraron el paso a los conductores. En escasos minutos, los choferes brasileños fueron introducidos por un grupo de los piratas a punta de pistola en los autos casi al mismo tiempo que los otros integrantes de la banda se apoderaban de los dos camiones y desaparecían del lugar. Ribeiro y Puppin debieron recorrer un trayecto que no pudieron precisar, aunque cerca de la madrugada del lunes fueron abandonados en una estación de servicios. Un rato después, los choferes se enterarían de que estaban en la ciudad bonaerense de Zárate. Antes de liberarlos, los piratas les indicaron a los dos hombres dónde estaban los vehículos robados. Los choferes caminaron unos cien metros y allí encontraron los camiones, que habían sido vaciados. Ribeiro y Puppin estaban perdidos y no sabían adónde ir. Con esfuerzo el dueño de la estación pudo explicarles que, como el robo había sido en provincia de Santa Fe, deberían regresar para denunciar el caso. Los choferes entendieron, a pesar de las diferencias de idiomas, que tenían que tomar la autopista Buenos Aires-Rosario. Así lo hicieron y a las 6 de ayer llegaron hasta otra estación de servicios, una EG3 en Villa Gobernador Gálvez. Allí, el propietario del comercio les explicó cómo llegar a la comisaría 26ª. Cuando estuvieron frente a los policías, Ribeiro y Puppin se enfrentaron a otro obstáculo: los efectivos no podían descifrar el relato de los choferes. Entonces debieron apelar a una traductora. Así, aunque muy asustados, según contó un vocero de la seccional 26ª, los dos hombres pudieron denunciar el suceso. Los agentes de la comisaría 26ª enviaron el sumario al juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho. Y el magistrado ordenó remitir las actuaciones a los juzgados de Zárate y Santa Fe para que investiguen el robo. Ayer a mediodía emprendieron el retorno a San Pablo. Con sus camiones vacíos.
| |