Sólo el 11.7% de las adolescentes inicia su sexualidad con asesoramiento y control médico. Así lo demuestra una investigación realizada por la sección Adolescencia del Servicio de Ginecología del Hospital Centenario, coordinada por la doctora María de los Angeles Nistal. El estudio se propuso averiguar entre el 99 y el 2001, el tiempo transcurrido desde el momento del inicio de las relaciones sexuales y la primera consulta con un ginecólogo.
En total se evaluaron 399 mujeres entre los 11 y 19 años. La investigación concluyó que el 93% de las pacientes que consultaron por anticoncepción tenían entre 14 y 19 años. De estos datos se desprende que sólo la minoría busca asesoramiento con un profesional para cuidar de su cuerpo.
"Son pocas las que tienen una actitud responsable y se informan acerca de cómo evitar los riesgos de enfermedades de transmisión sexual y el embarazo no deseado", confirmó Nistal a La Capital.
La mayoría de las mujeres (88.3%) inicia su sexualidad sin ningún control médico. Sobre este porcentaje, el estudio descubrió que el 20% concurrió a atenderse un año después de haber iniciado las relaciones sexuales y el 19% llegó al profesional médico entre el primero y segundo año posterior.
Con respecto a las que no consultan, Nistal opinó que suelen recurrir a métodos anticonceptivos recomendados por su madre o amigas, o simplemente los solicitan en la farmacia. "También están las que se inician sin consultar con nadie, suponiendo que no van a quedar embarazadas", agregó la profesional.
En la investigación se analizaron las razones por las cuales una adolescente no consulta al ginecólogo. Entre otras, se detectó que se debe a la falta de información y a la dificultad para dialogar con los adultos de la familia, conducta que lleva "a la búsqueda de información a escondidas". "Los padres tienen dificultades para hablar sobre estos temas con los hijos y prefieren no enterarse sobre el inicio de sus relaciones sexuales. Creen que el hecho de no hablar acerca del tema llevará a la postergación de la sexualidad, cuando en general ocurre lo contrario", subrayó.
"Cuando una familia brinda sostén y dialoga acerca de la sexualidad, el adolescente (varón o mujer) encara con mayor respeto esta etapa, cuida su cuerpo y hasta incluso, puede postergar el comienzo de las relaciones", agregó.
Mitos y cuidados
La profesional recomienda efectuar la primera consulta ginecológica durante la prepubertad (con los primeros cambios corporales). De esta forma el médico evaluará si el sistema hormonal funciona normalmente y en caso de alguna anomalía, podrá tratarla a tiempo. "La consulta es útil para que la adolescente comience a familiarizarse con el cuidado de su cuerpo y comprenda que sus órganos sexuales son una parte más que necesita control", dijo Nistal.
Para la especialista, los adolescentes se manejan con mitos que conviene desterrar. Algunos, por ejemplo, afirman que el uso del preservativo disminuye el placer, que dos preservativos aseguran un mayor cuidado y que durante la primera relación sexual no hay riesgo de embarazo. En cuanto a los anticonceptivos orales, comentó que en algunos casos no saben como actúan y los usan erróneamente (únicamente cuando van a mantener relaciones), o los desechan porque piensan que provocan aumento de peso.
La frecuencia en el control médico apunta a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y el embarazo no deseado, así como a la prevención de posibles trastornos hormonales.
La Ciudad
