Los restos de Ezequiel Demonty, hallado muerto anteayer en aguas del Riachuelo a las que fue obligado a arrojarse por policías que lo detuvieron, fueron inhumados en el cementerio de Flores, en tanto el jefe de la Policía Federal advirtió que será durísimo con uniformados que cometan delitos.
"Vamos a ser durísimos con quienes piensen en algo así", dijo el jefe de la Policía Federal, Roberto Giacomino, en referencia a que los policías de la fuerza que conduce puedan llegar a cometer delitos como el crimen de Ezequiel.
Giacomino advirtió además que no puede evitar "un tarado" en la fuerza, en relación con el policía Gastón Somohano detenido y sospechado de haberle ordenado a Demonty y a dos amigos a arrojarse a las aguas del Riachuelo tras haberlos detenido hace diez días.
No culpan a todos
La inhumación de los restos de Demonty ocurrió al mediodía y en la ceremonia estuvieron presentes decenas de familiares y amigos. Los familiares insistieron en no culpar a la toda la Federal por el crimen sino sólo a los hombres de esa fuerza que lo cometieron.
"Queremos decirle a la sociedad que la familia y los amigos vamos a seguir pidiendo para que la muerte de Ezequiel no sea en vano. El tenía proyectos y le cortaron esa posibilidad", dijo en el sepelio un hombre que habló a través de un megáfono. "No queremos violencia, queremos cambio", dijo.
En la inhumación, Dolores Ingamba, madre de Ezequiel reclamó que quienes mataron a su hijo se arrepientan de lo que hicieron. Por su parte, el defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Lesbegueris, advirtió durante el sepelio que "llegó el momento de que se haga justicia y no quede impune el crimen". Y Luz, la maestra de Ezequiel, reclamó que queden presos los responsables de la muerte y dijo que los policías que participaron del crimen "destruyeron a la Policía".
El cadáver de Demonty fue hallado anteayer flotando a la altura del puente Presidente Victorino de la Plaza, y uno de los policías detenidos por el caso confesó que un oficial fue el responsable directo del crimen. El hallazgo del cuerpo causó estupor en la opinión pública a punto tal que el propio jefe de la Policía Federal, comisario general Roberto Giacomino, calificó de "delincuentes", "traidores" y "enemigos""a los policías responsables del crimen.
El hallazgo del cadáver se produjo el sábado a la mañana horas después de que el sargento primero de la Policía Federal Luis Funes se quebrara ante la Justicia porteña y acusara al jefe del Servicio Externo de la comisaría 34, oficial subinspector Gastón Somohano, como el responsable directo del crimen. Según esa declaración, Somohano, hijo del ex jefe de la policía bonaerense entre 1990 y 1991, comisario general Osvaldo Somohano, fue quien ordenó llevar a Demonty y sus dos amigos al Riachuelo para obligarlos a que cruzaran el curso de agua a nado tras haberlos detenido. Dos salieron, pero Ezequiel no lo logró y murió ahogado, según los informes preliminares.
La revelación del sargento fue corroborada posteriormente ante la jueza porteña María Cristina Bértola por al menos otros tres policías, que dijeron que la voz mandante la llevaba Somohano y que nadie le discutió la orden, según informaron fuentes de la investigación.
Por tal motivo, la magistrada, que instruye la causa junto al fiscal Marcelo Romá, dispuso que dos oficiales -entre ellos Somohano- y ocho suboficiales quedaran detenidos, mientras otros dos policías que se encontraban en la comisaría 34 esa noche recuperaron su libertad. (Télam)