El oficialismo buscará este miércoles quebrar la resistencia de la Unión Cívica Radical frente al juicio político a la Corte Suprema, de manera de definir una fecha para tratar el tema en el recinto y rechazarlo definitivamente. Entre la presión del gobierno y el temor a quedar como cómplices de la clausura del juicio, los radicales intentarán acordar con el justicialismo que el proyecto vuelva a comisión y la resolución quede para el próximo gobierno. Pero los principales referentes del oficialismo en la Cámara de Diputados rechazaron la propuesta. Los propios impulsores del juicio la consideran un recurso de última instancia y sólo la tendrán en cuenta si el cierre del juicio aparece como inminente. Los duhaldistas creen que en dos semanas terminarán por llevar el juicio al recinto y brindan precisiones sobre el armado de la futura sesión: permitirán una cantidad ilimitada de oradores pero rechazarán cualquier cuarto intermedio. "Puede durar una semana, pero sin interrupciones", señaló un operador del gobierno que se siente más cerca del triunfo. Sin embargo, el justicialismo fracasó tres veces en su intento por llevar la discusión al recinto: probó con dos sesiones especiales y el miércoles pasado pidió aprobar una moción de preferencia para dejar el proyecto en el primer lugar del próximo encuentro. El ARI se levantó para dejar la sesión sin quórum pero la UCR acordó pasar a un cuarto intermedio y evitar un choque frontal con el PJ. De esa forma, las fuerzas mayoritarias de la Cámara se dieron una semana para buscar una salida al conflicto, en el gesto más cercano a un acuerdo desde que el inicio del enfrentamiento. El oficialismo quiere cerrar el juicio contra los magistrados para conseguir, a cambio, el visto bueno de la Corte a las decisiones financieras del Poder Ejecutivo. La mayoría de la oposición, en cambio, quiere enjuiciar a los magistrados, al menos a quienes recibieron mayor cantidad de denuncias en los dictámenes de la comisión de Juicio Político. El jefe de los justicialistas, Humberto Roggero, criticó al ARI pero evitó disparar contra los radicales y, al cerrar su discurso en la última sesión, afirmó que estaban "dispuestos a seguir conversando". Pasado mañana, la Cámara debe resolver si aprueba el pedido de preferencia solicitado por el PJ o la sesión cae y todo vuelve al principio. La persistencia mostrada por el oficialismo para terminar con el juicio sirvió al gobierno para mejorar sus vínculos con los integrantes del tribunal. El entendimiento se selló la semana pasada con una visita del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Julio Nazareno, a la Casa Rosada, donde se reunió con el ministro del Interior, Jorge Matzkin. Desde entonces, los mensajes surgidos de la Corte con respecto a un posible fallo sobre la inconstitucionalidad de la pesificación fueron favorables al gobierno. Después de semanas donde la decisión judicial parecía poner en riesgo el futuro de pesificación, la Corte se mostró más receptiva a las necesidades del Poder Ejecutivo y comenzaron a escucharse melodías de tregua.
|  El destino de la Corte sigue sin tener una resolución. |  | Ampliar Foto |  |  |
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