Año CXXXV
 Nº 49.610
Rosario,
lunes  23 de
septiembre de 2002
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cartas
Tenencia de hijos

Es indudable que si quienes ejercen la Justicia de Familia hubieran leído al gran psicólogo humanista Erich Fromm, ya hubieran corregido o sacado del vocabulario judicial el término "tenencia" de los hijos de padres separados. Los hijos no se tienen, al igual que los amigos, las esposas, los esposos o los pacientes. Se es padre, madre, esposa, esposo, amigo o amiga. Se tienen las cosas materiales y ellas, cuando se da algo, disminuyen la cantidad de lo que se tiene. Los sentimientos, en tanto, cuando más se dan, más se agrandan. Dice Fromm que el amor maternal debe dar leche y miel; la leche para el crecimiento del cuerpo y la miel para el posterior vuelo espiritual del hijo. Los niños bajo ningún punto de vista deben ser usados como material de cambio o de chantaje por el padre o madre que logra la "tenencia" como trofeos de guerra. Quien se queda con el hijo hasta llega a ejercer el acto llamado "inculcación maliciosa", deformando sus pensamientos y sentimientos hasta lograr que se haga una barrera entre los afectos que antes existían en la totalidad de ambas familias. De esta manera sólo se logra cortar una de las patas que sostienen lo que debería ser un crecimiento armónico del niño con los afectos de ambos padres. Se separan ellos por diferentes causas, pero de los niños, no. Los nutrientes para los hijos deben ser no sólo materiales sino afectivos. Una sola pregunta me hago: ¿qué pasaría si cuando se realiza el divorcio entre los padres "sus señorías" los llamaran a ambos y les dijeran: "Señores, ustedes se separan entre ustedes y no de los niños, y aquel que interfiera en que el otro padre no pueda ver a sus hijos ni ayudarlos con sus afectos será quien reciba la sanción de la Justicia. No cabe duda de que existen causas patológicas que hacen perniciosa la relación, pero son excepcionales y en ellas deben tenerse presentes las actuaciones de expertos psicólogos no comprometidos con las partes. De esta manera los hijos estarán agradecidos en el futuro por haber evitado un conflicto creado con ansias de poder y ajeno a sus voluntades, por frustraciones y venganza muchas veces, por el propio fracaso en la vida de relación.
Doctor Efraín Hutt


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