Mariano Bereznicki / La Capital
No le salió ni el tiro del final y terminó resignando dos puntos en su propia casa. Es que la sexta canalla, de no tan buen funcionamiento en líneas generales como en ocasiones anteriores, empató ante el débil Huracán y dejó escapar una muy buena oportunidad de continuar cerca de los puestos de privilegio, al cabo de la octava fecha del torneo Clausura de las inferiores de AFA. Para Central, puede considerarse que fue como un punto de castigo porque tiene más equipo que el Globito. Buscó por adentro, por afuera y hasta de media distancia. Pero siempre le faltó medio para completar el peso. Y a Huracán con muy poco le bastó para llevarse un empate ante los canallas. Partido por momentos aburrido y prácticamente sin llegadas claras sobre ambas áreas. Se prestaban la pelota en mitad de cancha, o cuando se iniciaba un ataque enseguida se cortaba la jugada a raíz de las infracciones. Central se hizo fuerte en varios pasajes vía Jorge Rodríguez, quien si bien es un muy buen volante y además tiene gol, desde hace varios encuentros viene jugando como delantero pero no rinde como tal. Además tuvo por momentos a Alejandro Faurlín distribuyendo el juego en mitad de cancha. Otro que sufre la modificación táctica es el atacante Cristián Yassogna, quien ocupa la posición natural del antes mencionado. En consecuencia queda Pablo Vitti como único hombre de punta jugando en su puesto natural. Pero más allá de estas variantes, Central demostró ser un conjunto muy ofensivo. Porque también llegaba al arco rival con Mauricio Ulla o hasta con Martín García, aunque éste no con tanta frecuencia. Ante Huracán los canallas tuvieron varias chances para quebrar el cero. Pero entre los palos y el muy buen desempeño del arquero Osvaldo Cabral, la visita terminó llevándose un punto ante un Central que, en definitiva, hizo un poco mejor las cosas en pos de quedarse con los tres puntos. Pero se veía venir que no era la tarde de los aurizules. Porque si no entraron los remates de Jorge Rodríguez y Pablo Vitti, esos que en otros partidos hubieran sido golazos, era imposible cambiar el rumbo de esta historia. A pesar de las ganas de Central por querer ganar el partido, tuvo que conformarse con un empate ante su gente, esa misma que lo despidió con un afectuoso aplauso como merecían esos pibes que no se entregaron a pesar de la adversidad.
| |