El joven Ezequiel Demonty, de 19 años, quien había sido obligado por efectivos policiales a internarse en las aguas del Riachuelo hace una semana, fue encontrado ayer muerto, flotando en el agua la altura del puente Vélez Sarsfield que une el barrio porteño de Barracas con la localidad bonaerense de Avellaneda.
El hallazgo del cadáver de Demonty, un joven cartonero sin antecedentes policiales, derivó en el trágico final de un nuevo caso de víctimas inocentes en episodios en los que tuvieron participación las fuerzas de seguridad. Por el hecho, se encuentran detenidos doce efectivos de la comisaría 34 de Pompeya, que -según denunciaron los familiares de la víctima- lo habrían obligado junto a dos amigos de 14 y 18 años, a cruzar a nado el Riachuelo, cerca del puente Uriburu.
Demonty fue encontrado a las 9.30 durante un rastrillaje fluvial realizado por buzos tácticos de Prefectura Naval, en las contaminadas aguas del Riachuelo, en cercanías del puente Presidente Victorino de la Plaza, conocido como Vélez Sarsfield, a la altura de la avenida del mismo nombre y Zepita, a unos 1.500 metros de donde había sido obligado a internarse.
El cuerpo estaba flotando en el agua cerca de la orilla del lado de la Capital Federal y desde un principio se presumió que se trataba de Demonty, ya que llevaba puesta la misma ropa que vestía el día de su desaparición.
Sin embargo, la identificación del cadáver fue realizada horas después por parte de su madre, Dolores Ingambam, que también asistió al rastrillaje, y de su padrastro, Rodolfo Suárez, en la morgue judicial, en medio de una profunda conmoción.
El encargado de confirmar oficialmente el trágico final fue el defensor adjunto de la ciudad de Buenos Aires, Gustavo Lesbegueris, quien desde un primer momento estuvo junto a la familia del joven al igual que su ex maestra, Luz Martínez.
El jefe del Destacamento Boca del Riachuelo de la Prefectura, prefecto principal Hugo Zabala, a cargo del operativo de rastrillaje iniciado el último miércoles, ya había anticipado algo similar al indicar que si bien "no podemos aseverar en un todo" que el cuerpo que habían hallado sea el de Demonty, "las características e indicios dan un gran porcentaje" de que sea así.
El hallazgo se produjo apenas horas después de que el fiscal de instrucción en lo criminal porteño, Marcelo Roma, solicitara a la juez María Cristina Bértola la detención e indagatorias de doce policías de la comisaría 34 por su presunta responsabilidad en la desaparición del joven, a partir de la declaración de uno de ellos que se quebró durante su testimonio.
Los efectivos ya se encontraban arrestados preventivamente por orden de las máximas autoridades de la Policía Federal, encabezada por el comisario Roberto Giacomino, desde donde además se relevó a la cúpula de la comisaría 34, situada en Quilmes al 400 de Pompeya.
El lamentable episodio se inició en la madrugada del sábado de la semana pasada cuando, según la denuncia de Ingambam, su hijo retornaba a su casa del barrio Illia, en el Bajo Flores luego de ir a bailar a una discoteca tropical de Constitución, junto a sus dos amigos.
Los jóvenes habían golpeado la persiana de una remisería de Pompeya para pedir un auto, pero no les abrieron, y poco después llegaron aparentemente cuatro patrulleros de la seccional 34 con tres policías cada uno y los detuvieron en la esquina de la avenida Cruz y La Constancia.
"Si saben nadar, naden"
Luego, los muchachos sufrieron culatazos en la cabeza y golpes en distintas partes del cuerpo, hasta que fueron llevados a la vera del Riachuelo, donde les dijeron: "Si saben nadar, naden", tras lo cual los obligaron a internarse a las aguas.
Dos de los jóvenes lograron llegar a la orilla, pero Demonty no habría podido salir a flote. En los días posteriores a su desaparición, varias personas habían dicho ver al joven en distintos lugares del sur del Conurbano bonaerense, y la Capital Federal, pero los datos se desvanecieron ayer con la aparición del cuerpo.
Entre los elementos sobre los que se basó el fiscal Roma para ordenar la detención de los policías figuran las declaraciones de los amigos de la víctima y de una mujer, testigo de las detenciones.
Pero, sobre todo se tomó en cuenta el relato de un policía que habría participado en el operativo, quien se quebró ante el fiscal y confirmó la versión de que los jóvenes habían sido detenidos y llevados hasta el Riachuelo.
Otra víctima a manos de la policía
El nombre de Demonty se convirtió en una nueva víctima inocente presuntamente a manos de efectivos policiales en los últimos tiempo.
Entre los casos, se cuenta la violación y asesinato de Natalia Melmann, de 15 años, por el cual tres efectivos de la comisaría de Miramar son sometidos a juicio oral, y las muertes de Maximiliano Tasca, Cristian Gómez y Adrián Matassa, baleados el 29 de diciembre por un policía Federal retirado, cuando hacían comentarios mientras miraban en un maxiquiosco de Floresta la imagen de un efectivo que era golpeado por manifestantes durante la represión que derivó en la caída de Adolfo Rodríguez Saá.
Otros de los hechos son los asesinatos de Diego Peralta en El Jagüel, por el cual los vecinos sospecharon de efectivos de la Policía Bonaerense y, el de Mariano Wittis, fallecido al ser baleado por uniformados que lo confundieron con un ladrón en Vicente López. (DyN)