Oscar Santángelo vivió el partido a mil. Gritó, protestó y se desesperó a lo largo de todo el partido, al punto de que el árbitro Pablo Lunatti lo amenazó con echarlo en dos oportunidades. Una vez consumado el triunfo, el técnico reconoció: "La verdad que estuve sacado. Pero igual no lo podía vivir de otra manera. Como hincha de Córdoba voy a disfrutar el doble las victorias y sufrir el doble las derrotas. Por eso tengo esta gran alegría". Santángelo no se cansó de elogiar a sus dirigidos. "Los muchachos jugaron un partido bárbaro, se brindaron en todo momento. Tuvieron una gran solidaridad y, fundamentalmente, intentaron jugar al fútbol. Hoy quedó en claro que la idea de este equipo es respetar la pelota", sacó pecho el técnico.
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