El debut de Oscar Santángelo como técnico de Central Córdoba confirmó lo que era un secreto a voces: algo se había roto entre Ricardo Palma y los jugadores. Las pruebas son muchas. El plantel, supuestamente bajoneado por el flojo arranque en el campeonato, llegó a la cancha de Tristán Suárez cantando y pegándoles fuerte a las ventanillas del micro. Dentro de la cancha, el equipo lució unido como casi nunca en este torneo y se notó un ida y vuelta muy fuerte, una relación de cariño recíproco, entre el flamante entrenador y los jugadores. Lo que quedó en evidencia, al cabo, es que el cambio de rumbo renovó los aires y ahuyentó cierto mal clima nacido a partir de los seis partidos sin victorias y de algunas críticas públicas de Palma hacia el rendimiento de los jugadores.
Santángelo apostó por una jugada audaz el día de su estreno: metió cinco cambios y les dio la posibilidad de tener su bautismo en primera a dos chicos de la cantera charrúa como Petrovelli y Gufanti. Y la movida le salió acaso mejor de lo que él mismo pensó: los charrúas de a ratos jugaron bien y ganaron sin objeciones. Eso sí: Córdoba fue un equipo en el primer tiempo y otro muy diferente en la etapa final.
El de los 45 minutos iniciales fue un conjunto que tuvo dos méritos esenciales: afán protagónico y una elogiable predisposición para tratar afectuosamente la pelota. Así se vieron varias paredes, unas cuantas triangulaciones y una clara tendencia a progresar a través del toque. El premio llegó por duplicado: la apertura de Gufanti con un tiro cruzado, a los 8', y el golazo de cabeza de Ferri, a los 32', después de una pared del propio volante central con Calabrese. El Central Córdoba del capítulo final, en cambio, dejó de lado las formas y se dedicó sin rubores a trabajar el partido. Retrocedió unos metros, le cedió el balón a un Tristán Suárez tibio e improductivo y su única meta pareció ser que pasaran los minutos.
Hartos de renegar con su equipo -un compendio de jugadores de renombre en el fútbol de los sábados-, los hinchas del Lechero echaron mano al grito de guerra con que el pueblo viene reprobando a la clase política y cantaron fuerte: "Oh, que se vayan todos, que no quede, ni uno solo". Mucho más relajado, Córdoba disfrutaba de su primer triunfo, pensaba confiado en el clásico ante Argentino y, aún reconociendo todo lo bueno que hizo Palma en el balance de su gestión, saludaba con los brazos abiertos el comienzo de la era Santángelo.
Síntesis
T. Suárez 0: Duré 5; Checchia 4 (68' F.Castro), Iriarte 5, Báez 4 y Palavecino 4 (46' R. Méndez 4); Peralta 4, Teri 4, Hareza 5 y Aquino 5; D. Cardozo 3 (46' Salto 4) y Czornomaz 4. DT: R. Della Picca.
C. Córdoba 2: De Lemos 6; Valiente 6, Melli 6, Yocco 6 y Cárdenas 6 (85' J. López); Santos 5, Ferri 6 y Petrovelli 5 (75' Reboledo); S. Fermández 6; Calabrese 6 y Gufanti 6 (70' Reyna). DT: Oscar Santángelo.
Cancha: Tristán Suárez.
Arbitro: Pablo Lunatti (5).
Goles: 8' Gufanti y 32' Ferri (CC).
Recaudación: $ 1.625.
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